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Debate abierto del Consejo de Seguridad sobre la consolidación de la paz y el Examen de la Arquitectura para la Consolidación de la Paz

Intervención pronunciada por el Representante Permanente de la República Argentina ante Naciones Unidas, Embajador Martín García Moritán.

23 de febrero de 2016

 

Señor Presidente,

En primer lugar, agradecemos la invitación de la República Bolivariana de Venezuela, en su calidad de Presidente de este Consejo de Seguridad, a participar de este relevante debate abierto sobre la consolidación de la paz y el “Examen de la Arquitectura de Consolidación de la Paz”. También agradecemos las intervenciones de S.E. Macharia Kamau, Representante Permanente de Kenia y Presidente de la Comisión de Consolidación de la Paz, de S.E. Olof Skoog, Representante Permanente de Suecia y ex Presidente de la misma Comisión, y de S.E. Gert Rosenthal, Presidente del “Grupo Consultivo de Expertos sobre el Examen de la Arquitectura de la Consolidación de la Paz”, cuya tarea en dicho proceso valoramos y reconocemos especialmente.

Mi país da la bienvenida al informe del Grupo Consultivo de Expertos, en el entendido de que el mismo ha puesto de manifiesto un conjunto de desafíos pendientes para la consolidación de la paz a más de una década de su creación. Nos encontramos ante una oportunidad única para lograr hacer una diferencia, a diez años del establecimiento de la Comisión para la Consolidación de la paz. No podemos perderla.

Durante estos diez años hemos aprendido varias lecciones y constatado una excesiva fragmentación del accionar de la Organización, la dispersión de esfuerzos y cierta incoherencia en las estrategias. La coordinación entre los órganos principales de las Naciones Unidas que se propuso al establecerse la Comisión para la Consolidación de la Paz dista hoy de ser efectiva, por lo que debemos analizar los déficits del sistema y promover su reparación a través de medidas concretas que favorezcan la integración.

La Comisión tiene la potencialidad de ser un puente entre este Consejo, la Asamblea General y el ECOSOC, así como entre la sede en Nueva York y las actividades en el terreno, integrando asimismo a todos los demás actores relevantes en materia de consolidación de la paz, incluyendo a nivel doméstico, regional y subregional. Alcanzar la coherencia sistémica en las estrategias de consolidación de la paz debe ser nuestro objetivo principal.

Sr. Presidente,

Tanto la revisión de la estructura de la consolidación de la paz como las que de manera paralela se llevan a cabo en el marco de las operaciones de mantenimiento de la paz y en el proceso relativo a las mujeres, la paz y la seguridad, se focalizan en la prevención. Este enfoque preventivo actualmente privilegiado por la Organización se vincula con el concepto de “paz sostenible”, entendida como un proceso continuo que involucra al sistema de consolidación de la paz no sólo en la etapa postconflicto sino antes, durante y después de los conflictos. Ello en base a un enfoque comprehensivo que tiene en cuenta la necesidad de combatir las causas profundas de los conflictos a través, entre otras cuestiones, del fortalecimiento del estado de derecho, la promoción del crecimiento económico sostenido y sostenible, la erradicación de la pobreza, el desarrollo social, la promoción de la democracia y el respeto de los derechos humanos.

El mencionado enfoque preventivo incluye, de manera necesaria y determinante, una implicación nacional inclusiva en los procesos de consolidación de la paz, es decir, una participación fundamental de los gobiernos y los distintos actores políticos y sociales de los Estados miembros involucrados en dichos procesos. Como señala el informe, esta implicación nacional inclusiva debe ser fomentada, toda vez que las Naciones Unidas y los agentes internacionales pueden acompañar y facilitar ese proceso, pero no encabezarlo.

En ese marco, entendemos la necesidad de abordar los procesos de consolidación de la paz de manera sistémica, como se ha hecho a través de la incorporación de la perspectiva de género, y también quizás más flexible, reflexionando sobre la manera en que se podría trabajar más allá del formato de las configuraciones de país. Las actividades de consolidación de la paz se llevan a cabo en el terreno, no en las sedes de los organismos, por lo que las realidades domésticas deben tener preeminencia. Para ello, se requiere contar con enfoques flexibles, ya que no hay un único enfoque que sirva en todos los casos (“no one size fits all”).

Señor Presidente,

La falta de atención dedicada a la consolidación de la paz se refleja, fundamentalmente, en la escasa asignación de recursos para el desarrollo de sus actividades relacionadas. En ese sentido, destacamos la necesidad de contar con un financiamiento predecible y sustentable para las actividades de consolidación de la paz, por lo que coincidimos con la recomendación del Grupo Consultivo de asignar anualmente al Fondo de Consolidación de la Paz un monto de 100 millones de dólares anuales o, si la cifra fuera mayor, un monto equivalente al 1% del presupuesto total de las Naciones Unidas para operaciones de mantenimiento de la paz y misiones políticas especiales, en el marco de las contribuciones establecidas para el presupuesto de la Organización.

Otro punto relevante, planteado tanto en el Informe del Grupo Consultivo como en su nota conceptual, es la necesidad de revisar los marcos temporales sobre los cuales se estructuran los procesos y programas orientados al logro de una paz sostenible, los que deberán ser necesariamente más largos toda vez que se refieren a los tiempos del desarrollo. La Agenda de Desarrollo 2030 que aprobamos en septiembre de 2015 propone la promoción de sociedades justas, pacíficas e inclusivas, enlazando de ese modo el sostenimiento de la paz y el desarrollo. Una estructura de consolidación de la paz que aspire a sostener un orden internacional estable no puede desatender estas tres dimensiones interrelacionadas: desafíos para el desarrollo, financiamiento y marcos temporales acordes a los objetivos a lograr.

Quisiera destacar, por último, que las organizaciones regionales y subregionales resultan también actores fundamentales a la hora de pensar alianzas conducentes para los procesos de consolidación de la paz. Al respecto, en el marco de las Américas cabe considerar el rol que podrían desempeñar la OEA u otras organizaciones subregionales como la CELAC, la UNASUR o el MERCOSUR.

Señor Presidente,

La Argentina celebra que la cuestión de la consolidación de la paz haya sido traída a la atención de los Estados miembros y confía en que el proceso de examen de su arquitectura, iniciado con el Informe del Grupo Consultivo, contribuirá a fortalecer esta Organización, dotándola de herramientas más eficaces para favorecer la paz y el desarrollo de los pueblos.

Muchas gracias