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Debate temático de la Asamblea General Los Derechos Humanos en el centro de la agenda global

Intervención de la Canciller Susana Malcorra

12 de julio de 2016

 

 Buenos días, Señor. Presidente de la Asamblea General  Mogens Lykketoft, excelencias, damas y caballeros, queridos amigos.

 En primer lugar, quiero agradecer al Presidente de la Asamblea General por haber organizado con éste, tres debates temáticos sobre los pilares de la organización. 

 Para mí como estoy segura es el caso para muchos de ustedes la promoción y protección de los derechos humanos es una cuestión profundamente personal. Mi aproximación a los derechos humanos antes que desde una visión normativa viene de mi experiencia personal sobre la violación de estos derechos en los años 70 y 80 en mi país. Y también viene de haber podido ver de primera mano que éste problema afecta hoy en el siglo XXI a múltiples hombres, mujeres, jóvenes, niñas y niños en todo el mundo.

 La Argentina considera que los tres pilares de la organización se refuerzan mutuamente. No puede haber paz sin desarrollo, ni desarrollo sin paz. Pero fundamentalmente, no podría haber paz ni desarrollo, sin el debido respeto, protección y pleno goce de todos los derechos humanos.

 En el marco de aniversarios tan importantes, como son la adopción de los Pactos, y el de la creación del Consejo de Derechos Humanos, es especialmente oportuno abordar los desafíos de las Naciones Unidas en este campo.

 La reciente adopción de la Agenda 2030 abre nuevas oportunidades para poner en el centro al individuo como sujeto de derechos, estrechando la vinculación y la interdependencia entre los tres pilares de nuestra carta.

 Reafirmar el carácter universal de todos los derechos humanos, así como su indivisibilidad, interdependencia e interrelación, debe constituir uno de los faros que guíen el trabajo diario de la organización, con el fin de lograr un mundo donde, efectivamente, "nadie quede atrás".

 La Declaración Universal de los Derechos Humanos nos recuerda un postulado fundamental,  que todos nacemos libres e iguales.

 La desigualdad extrema es uno de los principales factores que alimentan el conflicto, y afectan el desarrollo de nuestras sociedades. Es imperativo entonces impulsar un desarrollo integral, donde las libertades fundamentales de cada individuo sean respetadas y todos puedan disfrutar plenamente  sus derechos humanos.

 Señor Presidente,

 El cambio climático, las pandemias, el extremismo violento, el terrorismo y los conflictos armados provocan coyunturas que pueden amenazar el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, la promoción del desarrollo sostenible, y la defensa de los derechos humanos.

 Por tal motivo, es que las Naciones Unidas deben trabajar para que, al enfrentar dichas amenazas, se proteja al individuo, se mitigue el sufrimiento humano, y se creen condiciones necesarias para generar sociedades más resilientes y apegadas al estado de derecho. Siempre en el entendido de que la prevención es la mejor estrategia para alcanzar dichos objetivos.

 Asistimos a una de las mayores emergencias humanitarias de los últimos tiempos: desplazados, solicitantes de asilo y refugiados se encuentran en una grave situación de vulnerabilidad. Es imperante que los Estados refuercen su compromiso en la lucha contra la xenofobia, el odio y la discriminación, y asumamos mayores responsabilidades.

 La situación de los refugiados no debe afectar nuestro entendimiento de la migración internacional. Compartimos una visión integral del fenómeno de la migración basada en un enfoque de derechos humanos, que reconoce a la persona migrante como sujeto de derecho, independientemente de su situación migratoria y en condiciones de igualdad con los nacionales del país receptor.  Esta es la norma y el principio en la Argentina.

 Señor Presidente,

 La Argentina siempre ha sido, y seguirá siendo, una firme partidaria de la independencia de los órganos de las Naciones Unidas vinculados a los derechos humanos. Destacamos los logros alcanzados por la Oficina del Alto Comisionado, el Consejo de Derechos Humanos, los relatores especiales y los expertos independientes.

 Es importante subrayar también, que no es posible avanzar en el cumplimiento de los mandatos sin los recursos necesarios y previsibles, sobre todo en un contexto de mandatos en expansión, y de nuevas tareas asignadas a la organización.

 No hay aportes pequeños o insignificantes. En cada uno de nuestros países está la solución si estamos a la altura de los compromisos asumidos al adherir a la Carta. Tiene que haber financiamiento continuo y previsible.

 Señor Presidente,

 Para finalizar, no consideramos que haya ningún "Estado modelo" en materia de derechos humanos. Todos tenemos desafíos que afrontar y posibles soluciones que compartir, posibles lecciones aprendidas que sirvan a otros.

 En este contexto, las Naciones Unidas tienen un papel esencial  para generar los compromisos globales que garanticen la promoción, la protección, el respeto y el pleno disfrute de los derechos humanos para todos, y sin dejar absolutamente  nadie atrás.

 Muchas gracias.