68 AGNU - 26 de septiembre 2013
Estimados Ministros de Relaciones Exteriores,
Colegas,
Amigos,
Me siento honrado de ser parte de este importante evento que nos reúne hoy. Como todos sabemos, hay que tomar medidas y debemos reforzar nuestra solidaridad en todo el mundo con el fin de elevar el estándar universal en el respeto hacia las personas LGBT que sufren discriminación.
Sabemos que la protección y promoción de los derechos humanos se refieren a una amplia gama de actores sociales, pero también sabemos que a nosotros, como representantes del Estado, tenemos una gran responsabilidad en este sentido.
Somos conscientes que la lucha contra la discriminación se ha convertido en una de las tareas más difíciles, ya que los patrones discriminatorios impregnan las sociedades, y muchas veces se confunden con los valores "tradicionales".
En Argentina, hemos decidido que la defensa y promoción de los derechos humanos debe ser una política de Estado. Somos muy conocidos por nuestras políticas de reconocimiento de los derechos LGBT, como el matrimonio igualitario o la ley de identidad de género, pero no estoy aquí para decirles acerca de las políticas que hemos implementado en nuestro país, sino para expresar mi mayor voluntad de abrir el diálogo y la entender que cada país tiene su propio ritmo y no hay recetas universales.
Dicho esto, también creo fundamental que todos trabajemos juntos con el fin de fomentar el respeto y la no discriminación.
En la actualidad, en 76 países del mundo las relaciones consentidas entre adultos del mismo sexo son una ofensa criminal. Somos conscientes de que con el fin de erradicar la discriminación no serán suficientes modificaciones legislativas. También sabemos que es la responsabilidad de los Estados de prohibir ciertas prácticas, ya que la intolerancia y la discriminación no se pueden aceptar mucho menos, permitir legalmente. Como sucedió con la esclavitud , la tortura , la impunidad de los crímenes contra la humanidad, así como muchas otras aberraciones contra la humanidad que se han erradicado, tenemos que dar nuestro mejor esfuerzo con el fin de avanzar hacia un mundo donde la diversidad sexual no está tipificada como delito.
¿Cómo podemos nosotros, como las Naciones Unidas, ayudar a lograr este objetivo digno? Se han dado pasos importantes.
Argentina cree que es elemental para luchar contra la discriminación que trabajemos juntos en el plano multilateral, esta es la razón por la cual desde el año 2008 formamos parte del grupo trans-regional aquí, en Nueva York, y hemos entregado la primera declaración que se haya hecho en la historia de la Asamblea General el 18 de diciembre de 2008, que contó con el apoyo de 66 países.
También hemos apoyado la Resolución 17/19 sobre 2011, siendo la primera resolución sobre este asunto, que fue aprobado en el Consejo de Derechos Humanos.
Quiero destacar que en julio pasado, nuestra amiga Navi Pillay lanzó la campaña "Libres e Iguales" , la primera iniciativa mundial de educación pública dedicada a la lucha contra la homofobia y la transfobia, y para promover el respeto de los derechos de la comunidad lésbica, gay , bisexual, personas transgénero e intersexuales.
Estamos convencidos de que es una cuestión de tiempo hasta que el mundo sea capaz de eliminar la criminalización de la diversidad sexual. Es nuestra responsabilidad hacer todo lo posible para lograr ese objetivo tan pronto como sea posible. Confío en que nuestro compromiso y trabajo en conjunto nos ayudará a ser un mundo más respetuoso y libre.
Muchas gracias.