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Evento Paralelo organizado por la Unión Europea “Las mujeres y el futuro del trabajo– Empleo decente y acceso al mercado de trabajo”

Intervención de la Presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres, Sra. Fabiana Tuñez

13 de marzo

Muchas gracias por cederme la palabra,

En Argentina, a pesar de que las mujeres nos hemos incorporado progresivamente al mercado de trabajo desde la década del 60, lo cierto es que en la actualidad nuestra participación sigue siendo más baja y presenta un mayor nivel de precariedad en comparación con los varones. Vastas investigaciones han demostrado con evidencia empírica que la principal razón de la elevada brecha salarial entre mujeres y varones es la discriminación por género presente en el mercado de trabajo que explica las menores y peores oportunidades que tienen las mujeres en la inserción y en el progreso laboral .

Esta desigualdad en el acceso y plena participación de las mujeres en el mercado de trabajo restringe su autonomía y está estrechamente vinculada a la desigual distribución de las tareas de cuidado y las tareas domésticas no remuneradas. En Argentina, las mujeres dedican prácticamente el doble de tiempo al trabajo de cuidados no remunerado; tiempo que a su vez les resta para actividades en el ámbito público . La inequidad en la distribución de la carga de los cuidados impacta directa y negativamente sobre la inserción de las mujeres en el mercado de trabajo, explicando en gran parte su baja participación en términos relativos, las mayores tasas de sub-empleo y la sub-representación en puestos jerárquicos y gerenciales.  Al respecto, sólo 3 de cada 10 puestos jerárquicos y de decisión son ocupados por mujeres, siendo mayor la participación en el sector público que en el ámbito privado .

En lo que refiere específicamente a la brecha salarial entre mujeres y varones, las mujeres en Argentina ganan en promedio 27,2 por ciento menos que los varones según el último informe elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2015 ). Asimismo, tal como sucede con otros indicadores sociales, la brecha se amplía llegando al 50 por ciento cuando se trata de mujeres con bajo nivel educativo o sin ningún tipo de instrucción.

Este es, a grandes rasgos, el diagnóstico de la situación de las mujeres en el cambiante mundo del trabajo de mi país que –lamentablemente- no escapa a la realidad de la región y del mundo. El empleo decente y el acceso a los mercados de trabajo es un punto sustancial para lograr la igualdad sustantiva entre varones y mujeres, un eje transversal de trabajo que esta administración ha puesto como prioridad en sus 100 Objetivos de Gobierno.

Así, esta gestión ha dado impulso a diversas iniciativas que apuntan a promover la inserción económica de las mujeres y el acceso a los mercados de trabajo como ser: la creación del Centro de Desarrollo Económico de la Mujer dentro de la órbita de la Secretaría de Emprendedores y de la Pequeña y Mediana Empresa del Ministerio de Producción; que tiene como fin generar un campo de investigación orientado a fomentar la inserción de las mujeres en el ámbito económico de los mercados locales; la profundización del programa de Ellas Hacen del Ministerio de Desarrollo Social el cual brinda capacitación y formación, priorizando a las mujeres en situación de vulnerabilidad social incluyendo a las mujeres en situación de violencia de género; y la inclusión de medidas destinadas a promover el debate parlamentario sobre políticas de cuidado y generación de incentivos al sector privado para la inclusión de mujeres en el primer Plan Nacional de Acción contra la Violencia hacia las Mujeres (2017-2019). El mismo tiene un abordaje integral e inter-institucional de la violencia de género, contemplando una serie de acciones para hacer frente a las diferentes formas y expresiones de la violencia contra las mujeres, incluida la violencia laboral.

Sabemos que aún resta mucho por hacer, y que tenemos un gran desafío por delante. Es por ello que el intercambio de experiencias y los espacios de cooperación intersectorial como el que se presenta hoy aquí son tan enriquecedores. Los avances que han realizado los países de la Unión Europea en materia de acceso de las mujeres a los mercados de trabajo, las propias políticas de la Unión para la promoción de alianzas público-privadas con perspectiva de género representan aportes para nuestro país. Porque si bien cada sociedad, cultura y región tienen sus particularidades, lo cierto es que en todas las latitudes existen desigualdades de género que, de no existir, beneficiarían a la sociedad en su conjunto. Tal y como afirmó recientemente el Secretario General de la ONU “Cuando las mujeres participan plenamente en la fuerza de trabajo, se crean oportunidades y se genera crecimiento. La eliminación de la disparidad entre los géneros en el empleo podría aumentar el PIB mundial en 12 billones de dólares para 2025. El aumento de la proporción de mujeres en las instituciones públicas hace que estas sean más representativas, aumenta la innovación, mejora la adopción de decisiones y beneficia a sociedades enteras”

Tengo la plena convicción de que juntos y juntas, con voluntad política y acciones concretas, podremos hacer de la “utopía” de la igualdad, una realidad.

Muchas gracias por su atención.