Muchas gracias, Señor Presidente.
Quisiera hacer referencia a la declaración efectuada por el Director Ejecutivo el Fondo de las Naciones Unidas para la Población (FONUAP), el Doctor Batatunde Osotimehin.
De manera coherente con sus posturas en años recientes, la Argentina apoya de manera indubitable la labor del Fondo en las tres esferas básicas de su labor—salud reproductiva, igualdad entre los géneros y estrategias de población y desarrollo—, dimensiones concebidas por nuestras políticas de salud y desarrollo como mutuamente vinculantes.
De tal modo, nuestro país considera que la salud reproductiva y el empoderamiento de la mujer afectan y son afectados indubitablemente por las tendencias de la población y tienen un impacto significativo en las estrategias de desarrollo económico-social.
Esto se manifiesta con nitidez en el terreno de los derechos sexuales y reproductivos, elementos que nuestro país considera que -de manera inequívoca- constituyen una dimensión propia de los derechos humanos. Por tanto, propiciamos el fortalecimiento del vínculo entre ambos grupos de derechos, teniendo en cuenta las obligaciones emanadas de los tratados internacionales que protegen los derechos humanos, que incluyen provisiones que abarcan los derechos sexuales y reproductivos.
Coincidimos con las preocupaciones del Director Ejecutivo sobre problemáticas que constituyen el foco de nuestras políticas oficiales, tales como la necesidad de reducir los embarazos adolescentes, eliminar la mortalidad por abortos inseguros, promover una maternidad responsable, proteger a los sectores sociales más vulnerables -en particular a los jóvenes- así como asegurar la provisión de servicios de salud reproductiva a toda la sociedad, en combinación con un intenso programa de educación sexual que evite las conductas de riesgos y los embarazos no deseados.
Nuestro gobierno implementa políticas que tienen como objetivo lograr la salud sexual y reproductiva de su población, promover la equidad de género, el acceso universal a la salud sexual y reproductiva, brindar alternativas en materia de planificación familiar, favorecer la inversión en materia de recursos humanos y financieros para asegurar una adecuada educación sexual y el acceso a servicios de calidad en materia de salud reproductiva.
Para lograr esos objetivos -así como para garantizar los derechos sexuales y reproductivos, en pleno ejercicio de una sexualidad libre y responsable, especialmente entre los sectores juveniles y más vulnerables de la sociedad, combinando esa tarea en la lucha contra la erradicación de la pobreza- es de vital importancia contar con la presencia física del UNFPA en nuestro país.
El Director Ejecutivo expresó claramente su interés en construir un partenariado eficiente y sustentable con las autoridades nacionales y sub nacionales en las distintas regiones.
Ese objetivo deviene imposible de alcanzar sin una presencia expresa y decisiva del Fondo, cumpliendo un rol catalítico en la provisión de ayuda internacional, desempeñando un rol activo en apoyo de una agenda de derechos reproductivos y sexuales y llevando a cabo el mandato emanado de la Asamblea General de las Naciones Unidas al cumplir con los principios de universalidad, progresividad y predictibilidad en la asistencia multilateral al desarrollo.
En el caso particular de América Latina, el Fondo desarrolla una importante tarea, asesorando a los gobiernos de la región en la implementación de las políticas adoptadas a partir de las recomendaciones del sistema de las Naciones Unidas, adaptando esos mandatos a las particularidades de cada país y región.
Esa relación es mutuamente influyente, ya que la Argentina y América Latina necesitan del UNFPA y el Fondo de Población necesita de la perspectiva nacional y regional para apoyar sus objetivos globales, en todos los renglones de su portafolio de cooperación y asistencia, tal como lo demuestra la incansable labor de la Oficina Regional del Fondo a cargo de Marcela Suazo y su equipo de colaboradores, los que –aun sin suficientes recursos financieros y humanos- buscan implementar las tareas encomendadas por los Planes Estratégicos y negociados en el MANUD.
Más allá de los logros alcanzados en nuestra región, existe una agenda pendiente de objetivos no alcanzados, en especial en torno al Quinto Objetivo de Desarrollo del Milenio, ya que el mejoramiento de la salud materna es una tarea pendiente.
Nuestro país seguirá apoyando la labor del Fondo en los futuros escenarios de negociación de la agenda internacional de asistencia al desarrollo, tales como Río más 20, Objetivos de Desarrollo Sustentable, QCPR y, muy particularmente, en la necesidad de sostener la vigencia y la validez del proceso de ICP luego del 2014, tal como fuera decidido por la comunidad internacional y adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Por ello y tal como lo venimos haciendo en los últimos años, ratificamos la validez del proceso iniciado en la Conferencia Internacional sobre la Población y Desarrollo (CIPD) y los enunciados del Programa de Acción de Cairo, apoyando la decisión de la comunidad internacional de prolongar los compromisos asumidos con posterioridad al 2014, tal como lo establece la resolución 65/234 de la Asamblea General.
Muchas gracias, Señor Presidente.