"La Mutilación Genital Femenina es una violación de Derechos Humanos: viola el derecho a la vida, constituye un trato cruel, inhumano, y degradante; vulnera tanto el derecho a la sexualidad como el derecho a la salud". Con esas palabras, la Representante Permanente de Argentina ante Naciones Unidas, Embajadora María Cristina Perceval, explicó la condena de la Argentina a la Mutilación Genital Femenina (MGF) en el acto que se llevó adelante hoy en Naciones Unidas con motivo del Día Internacional de Tolerancia Cero hacia la MGF, en el marco de la campaña que llevan adelante siete países. “La Argentina condena la MGF como violación de los derechos Humanos y como forma de violencia extrema hacia las mujeres y niñas”, enfatizó la Embajadora.
La MGF es definida por la Organización Mundial de la Salud como un procedimiento que implica la extirpación parcial o total de los órganos genitales femeninos. De acuerdo a las estimaciones del Director Ejecutivo del Fondo de Población de Naciones Unidas, Babatunde Osotimehin, 140 millones de niñas y mujeres han sufrido MGF en distintas regiones del mundo. Si se mantuviese esta tendencia, 86 millones de niñas nacidas entre 2010 y 2015 correrían el riesgo de ser mutiladas hacia 2030.
Durante mucho tiempo esta práctica de control de la sexualidad femenina fue considerada por distintas culturas como un ritual de pasaje a la adultez y de iniciación sexual asociado a la virginidad y la belleza. En algunos casos, constituye un requisito para contraer matrimonio. Al practicarse mayoritariamente sobre niñas y adolescentes de entre 4 y 15 años de edad, implica daños físicos y psicológicos graves.
Edna Aden Ismail, enfermera, Directora y fundadora del Hospital Maternal Edna Adan en Somalía, explicó los efectos que esta práctica tiene sobre la salud física y mental de las mujeres, enfatizando, entre otros, los daños irreversibles en el canal de parto. “Si dañamos el canal de nacimiento estamos interfiriendo con el proceso de nacimiento y perpetrando de esta manera un genocidio sistemático”, aseguró Ismail.
La mirada de la comunidad internacional sobre la MGF comenzó a cambiar durante la década del 90, problematizándola y dándole una mayor visibilidad: la Recomendación General 14 sobre circuncisión femenina, la Recomendación General 19 sobre violencia contra las mujeres, y la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos de 1990,1992 y 1993 respectivamente, establecieron un consenso internacional en torno a que la violencia de género, y en particular la MGF, constituye una violación a los Derechos Humanos. Este consenso fue la base para que en 1994, en la Conferencia sobre Población y Desarrollo que se desarrolló en la ciudad de El Cairo, 179 Estados acordaran implementar medidas para erradicar la práctica de la MGF. En 1995, la comunidad internacional volvió a tratar el tema de la MGF como una violación a los Derechos Humanos en la Cuarta Conferencia Global sobre las Mujeres, que se llevó a cabo en Beijing. A partir de entonces, la clasificación de la MGF como una violación a los Derechos Humanos fue reforzada por varias agencias de Naciones Unidas, tales como la Organización Mundial de la Salud (1997), el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) y UNICEF.
En este sentido, Perceval aseguró que “no existe una contradicción” entre la condena universal a la práctica de la MGF y el respeto al multiculturalismo y las diversas formas de vida. “Los Derechos Humanos son son universales y por lo tanto, comunes a todas las culturas", especificó la Embajadora.
Participaron del evento, además de la Argentina, representantes de Burkina Faso, Italia, Liberia, Djibuti, Noruega, Benin, el Director Ejecutivo del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNPFA), la Directora Ejcutiva de UN Women y representantes de Unicef. La consigna del evento fue “Aumentar la movilización y la participación de profesionales de la salud para Eliminar La Mutilación Genital Femenina“.
6 de febrero de 2015