Intervención Representante Permanente Alterno de la Argentina, Ministro Fabián Oddone:
Muchas gracias Sr. Presidente,
Quisiera, en primer lugar, felicitar al Embajador Carlos Amorín de Uruguay y a los y las colegas de Ghana, Italia, Tailandia y Bulgaria por su elección como miembros de la Mesa de la Segunda Comisión para este período de sesiones.
Asimismo, deseo destacar que mi Delegación se alinea con la intervención pronunciada por la delegación de Cuba, en nombre del G77 y China.
Sr. Presidente,
La Agenda 2030 es el esfuerzo más ambicioso en materia de desarrollo desde los inicios de las Naciones Unidas, y las estadísticas demuestran que, en virtud de las múltiples crisis que el mundo se encuentra atravesando, no solo no estamos avanzando en el cumplimiento de nuestros compromisos, sino que, en muchos casos, estamos viendo retrocesos sustantivos en lo ya alcanzado.
Por ello, es necesario, y más bien urgente, reflexionar sobre cuales son aquellas herramientas nuevas e innovadoras que nos permitirán lograr verdaderamente los objetivos que nos hemos propuesto.
Sr. Presidente,
Nos enfrentamos a una coyuntura global con numerosos desafíos, especialmente para las economías emergentes y en desarrollo, marcada por un endurecimiento de las condiciones financieras internacionales, en un contexto de crecientes vulnerabilidades de deuda y un espacio fiscal limitado. En este contexto, insistimos en la necesidad de avanzar en el
establecimiento de mecanismos para la movilización de recursos adecuados para el desarrollo de manera integral.
El rol de los Bancos Multilaterales de Desarrollo resulta clave para lograr un financiamiento accesible y asequible, y por eso celebramos la discusión sobre cómo fortalecer estas instituciones de forma balanceada, justa y equitativa.
También tenemos que discutir otras alternativas para mejorar la cantidad y la calidad del financiamiento para proporcionar alivio financiero a los países que lo necesitan, y esto necesariamente incluye a los países de ingreso medio.
La reciente propuesta del Secretario General “Estímulo de los ODS para cumplir la Agenda 2030” nos proporciona ideas que debemos debatir.
Sr. Presidente,
Los debates sobre las opciones de reforma de la arquitectura financiera internacional resultan urgentes y necesarios. Esta debe estar adecuada a las necesidades del mundo actual y ser capaz de garantizar que las reestructuraciones de deuda sean eficientes, predecibles y equitativas, en lugar de largas y costosas.
Entendemos que es necesario impulsar un acuerdo multilateral inclusivo, que aborde de manera acabada la reestructuración de las deudas soberanas que promuevan el crecimiento sostenido e inclusivo, garanticen la estabilidad del sistema financiero internacional y respeten los derechos humanos, y en el que se incluyan a los países de renta media. Ningún país puede pagar su deuda a costa de que su pueblo quede sin educación, sin salud o sin seguridad.
Para ello, podemos construir sobre la base de lo ya acordado en la resolución 69/319 sobre los principios básicos de los procesos de reestructuración de deuda soberana y la resolución 68/304 sobre el establecimiento de un marco jurídico multilateral para los procesos de reestructuración.
También debemos avanzar en medidas específicas, necesarias y urgentes, como lo es la revisión de la política de sobrecargos del FMI, por ser regresiva y pro cíclica, como bien lo resalta el informe sobre Deuda Externa y Desarrollo del Secretario General.
A su vez, debemos avanzar hacia un sistema de cooperación global inclusivo que vaya más allá del ingreso per cápita como único criterio de medición del desarrollo, a los fines de lograr un desarrollo sostenible en sus tres dimensiones de modo balanceado.
Por otro lado, las experiencias recientes han demostrado que el flujo financiero por sí mismo no alcanza. Se requiere de una transferencia tecnológica sólida y robusta que permita un desarrollo sostenible, mantenido en el tiempo y que incluya a todos.
Sr. Presidente,
La volatilidad de los precios de los alimentos está afectando las condiciones de vida de las personas en todo el mundo. Somos conscientes de que para satisfacer la creciente demanda mundial de alimentos, debemos encontrar estrategias para producir más y mejores alimentos.
Sin embargo, no podemos hablar de alcanzar el ODS 2 sin abordar la cuestión del comercio, un tema que está, y debe seguir estando, en el centro de cualquier solución en esta materia.
Resulta urgente asegurar un comercio internacional de productos agrícolas más abierto, justo, transparente, equitativo y predecible, con la OMC en el centro, que permita a los países productores eficientes realizar las inversiones necesarias para aumentar la producción y cumplir con una creciente demanda mundial de alimentos nutritivos y de calidad.
Asimismo, será fundamental abordar el tema de la eliminación de los subsidios a la producción agrícola. Según la OECD, a nivel mundial, los subsidios a la agricultura representan un 15 % del valor total de la producción agrícola y que estos montos cuadruplican los fondos que los países desarrollados proveen como ayuda oficial al desarrollo. Este apoyo está fuertemente sesgado hacia medidas que distorsionan el mercado agrícola, lo que lleva a la ineficiencia, se distribuye de manera desigual y es dañino para el medio ambiente y la salud humana.
Por otro lado, el cambio climático nos demanda respuestas urgentes y eficientes. Sus consecuencias imponen nuevas y mayores restricciones y obstáculos para los países en desarrollo. Ante esta realidad, debemos actuar de manera mancomunada, para reducir vulnerabilidades, adaptarnos y construir resiliencia y dar respuesta a las pérdidas y daños
causados por esta problemática.
La Argentina reafirma el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas y respectivas capacidades, a la luz de diferentes circunstancias nacionales, que se basa en la evidencia innegable de la mayor responsabilidad -histórica y actual- de los países desarrollados.
Es por ello que reiteramos nuevamente que no puede haber mayor ambición climática en los países en desarrollo sin una mayor ambición por parte de los países desarrollados en la provisión y movilización de los medios de implementación que nos permitan una verdadera transición justa hacia economías más limpias, con menos carbono y más resilientes.
Sr. Presidente,
Argentina espera que podamos traducir en decisiones concretas cada una de las prioridades planteadas a lo largo de estos días de debate, y que, al concluir este período de sesiones, hayamos avanzado decididamente en el camino hacia el Desarrollo sostenible marcado por la Agenda 2030, sin dejar a nadie atrás.
Muchas gracias.