67° ASAMBLEA GENERAL
Comisión Política Especial y de Descolonización
Debate general sobre todos los temas relativos a la descolonización (temas 56 a 60)
Intervención del Ministro Mateo ESTRÉMÉ
Encargado de Negocios a.i. de la República Argentina ante las Naciones Unidas
Señor Presidente:
Permítame ante todo extender las felicitaciones por su elección a la Presidencia de esta Cuarta Comisión y hacer extensiva esta felicitación a los miembros de la Mesa, augurándoles el mayor de los éxitos y comprometiendo el pleno apoyo de mi Delegación. Deseo felicitar, al mismo tiempo, a la Embajadora Simona Miculescu, Representante Permanente de Rumania, por la manera en que condujo los trabajos de esta Comisión durante el 66° periodo de sesiones
Debemos hacer frente al desafío de completar el mandato descolonizador y concebir a este reto como una oportunidad. Para las Naciones Unidas, la persistencia de casos coloniales, bajo sus distintos tipos y formas, constituye un crimen que viola la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, y los principios del derecho internacional, conforme lo estableciera la Asamblea General a través de su resolución 2621 (XXV), adoptada con motivo del décimo aniversario de aquélla.
A más de 50 años del establecimiento del Comité Especial de Descolonización, los preceptos de la resolución 1654 (XVI) que lo creara en 1961 conservan plena vigencia por cuanto “todo nuevo retraso en la aplicación de la Declaración representa una causa constante de conflicto y desacuerdo internacionales, entorpece gravemente la cooperación internacional y está creando en muchas partes del mucho una situación cada vez más peligrosa, que puede constituir una amenaza para la paz y seguridad internacionales”.
La Argentina coincide plenamente con la centralidad e importancia del Comité Especial de Descolonización como órgano rector del proceso descolonizador. En este sentido, la participación de la Sra. Presidenta de la República Argentina en sus sesiones de junio pasado es una muestra contundente del firme respaldo de mi país a la labor del Comité Especial, a la doctrina de la Organización en esta materia, al multilateralismo, el derecho internacional y la solución pacífica de las controversias internacionales.
Señor Presidente:
La República Argentina reitera su total apoyo y compromiso con el proceso de descolonización llevado adelante por la Naciones Unidas a través de sus órganos pertinentes, de conformidad con las disposiciones y objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y los principios establecidos en la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General.
Siempre es oportuno recordar que la resolución 1514 (XV) ha proclamado la necesidad de poner fin rápida e incondicionalmente al colonialismo en todas sus formas y manifestaciones, dejando en claro la existencia de “más de una forma de colonialismo”, e incorpora dos principios para abordar los diversos casos: el de la libre determinación y el de la integridad territorial.
La Argentina ha sido siempre y sigue siendo firme defensora, en todos los foros, del derecho a la libre determinación de los pueblos, en todos aquellos casos en que tal derecho es de aplicación. No puede sostenerse en pleno siglo XXI la sujeción de pueblo alguno a la subyugación, dominación, explotación colonial y ocupación extranjeras, lo cual constituye una denegación de los derechos humanos fundamentales, es contraria a la Carta de las Naciones Unidas y compromete la causa de la paz y de la cooperación mundiales.
Corresponde a los pueblos colonizados decidir libremente su estatuto político futuro de conformidad con las disposiciones pertinentes de la Carta, la Declaración y las resoluciones pertinentes de la Asamblea General y, a ese respecto, reiteramos nuestro llamamiento a las Potencias administradoras para que colaboren con Comité Especial.
Señor Presidente:
Es en defensa del principio de libre determinación que no puede permitirse su distorsión al grado de forzar un argumento a favor de la continuada existencia de una anacrónica disputa colonial que cercena la integridad territorial de la Argentina, desde la usurpación británica de parte de su territorio nacional en 1833 y que continúa sujeto a la ocupación ilegal del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
Se trata de la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, la cual ha sido reconocida mediante sucesivas resoluciones de la Asamblea General y del Comité de Descolonización como una “situación colonial especial y particular” que debe ser resuelta mediante negociaciones entre sus únicas dos partes, teniendo en cuenta los intereses de los habitantes de de las islas.
Ello en virtud de que en las islas del Atlántico Sur usurpadas a la Argentina no hay una población sometida o subyugada a un poder colonial; se trata de súbditos británicos, cuya condición no se ha modificado por los años en que han residido allí al tiempo que han impedido el establecimiento de argentinos continentales, salvo unas pocas contadas excepciones recientes al solo efecto de pretender justificar lo contrario.
Hay en las Islas Malvinas una “situación colonial” pero no hay un “pueblo colonizado”. Permitir que la población británica de las islas se constituya en árbitro de una disputa de la que su propio país es parte, tergiversa el derecho a la libre determinación de los pueblos, ya que no existe en la Cuestión Malvinas un pueblo sometido a la subyugación, dominación o explotación de una potencia colonial. En este sentido, el anunciado “referéndum” en las Islas Malvinas es un ejercicio ilegal, espurio y tautológico, en tanto es impulsado por británicos, para preguntarles a ciudadanos británicos si quieren seguir siendo británicos. Es una distorsión grave del espíritu de la libre determinación, al tiempo que una violación grave de la integridad territorial de la Argentina.
Las Naciones Unidas han establecido claramente el modo de solucionar la disputa de soberanía, cual es, la reanudación de las negociaciones entre la Argentina y el Reino Unido, teniendo debidamente en cuenta los intereses de los habitantes de las Islas, y han excluido la aplicación del principio de libre determinación en este caso concreto.
Señor Presidente:
Al mismo tiempo, el Reino Unido lleva a cabo ilegales actividades unilaterales de exploración y explotación de recursos naturales renovables y no renovables en los archipiélagos y aguas en disputa que contradicen el mandato de Naciones Unidas fijado en la resolución 31/49 de esta Asamblea que insta a no introducir innovaciones unilaterales en la zona mientras la disputa se encuentre en proceso de solución.
También realiza ejercicios militares que incluyen el lanzamiento de misiles desde las Islas Malvinas, lo cual vulnera la resolución antes mencionada, se contrapone al cabal cumplimiento de las normas sobre seguridad marítima de la Organización Marítima Internacional y resulta incompatible con la política regional de apego a la búsqueda de una solución por la vía pacífica de la controversia.
Es por ello que la Argentina realizó una presentación, el pasado 10 de febrero, ante el Presidente de la Asamblea General, el Presidente del Consejo de Seguridad y el Secretario General de las Naciones Unidas alertando sobre la creciente militarización británica en el Atlántico Sur que afecta gravemente la situación de paz en la región. La Argentina acaba de realizar una nueva presentación para denunciar la próxima realización de ejercicios militares británicos, que incluyen el lanzamiento de misiles desde las Islas Malvinas, programados entre los días 8 y 19 de octubre de 2012.
Por resultar todo ello una violación de lo dispuesto por el derecho internacional y el mandato de la comunidad internacional, estas actividades británicas generan un tensión innecesaria y constituyen una afrenta no sólo para la Argentina sino para el resto de los países de la región, lo que ha provocado que el conflicto adquiera una dimensión regional. Y no tan sólo para nuestra región, por cuanto también otras regiones se han hecho eco tal como lo demuestran los pronunciamientos de organismos regionales y birregionales como, entre otros, la CELAC, el MERCOSUR, la UNASUR, las Cumbres Iberoamericanas y la reciente Cumbre de América del Sur y Países Árabes, celebrada en Lima el pasado 2 de octubre que efectuó un llamado expreso al Reino Unido a abstenerse de realizar ejercicios militares en la zona en disputa.
Señor Presidente:
El Gobierno argentino ha expresado en cada oportunidad que ha tenido su permanente voluntad negociadora a fin de cumplir con la obligación que pesa igualmente sobre ambas partes de reanudar las negociaciones sobre soberanía, aspecto que le es especialmente reconocido por su propia región de América Latina y el Caribe.
El Reino Unido debe dar cumplimiento a tal obligación que como miembro de esta Organización le cabe, a fin de alcanzar una solución a la disputa. Como ha expresado la Sra. Presidenta de la República Argentina en el Comité Especial de Descolonización, el 14 de junio de 2012, “en realidad lo que se está usufructuando es la posición de privilegio que el Reino Unido tiene como miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”. Esa condición de Miembro Permanente del Consejo de Seguridad no lo exime de sus obligaciones internacionales, más aún, tal asiento – y los privilegios que conlleva – le demanda una responsabilidad especial como garante de la paz y seguridad internacionales, responsabilidad que deserta al rehusar el diálogo con mi país.
Como también viene de manifestar la Presidenta argentina ante la 67° Asamblea General, ésta no es sólo una cuestión bilateral entre el Reino Unido y la Argentina; se ha convertido en una cuestión global: la de terminar con los últimos vestigios de colonialismo, que ha sido uno de los grandes méritos de Naciones Unidas cuando creó en 1961 el Comité de Descolonización. Ingresar a este siglo XXI sin territorios coloniales hace también al respeto de los derechos humanos. Derechos humanos que, por cierto en mi país, defendemos con mucha fortaleza y que somos un ejemplo a nivel global del cumplimiento de los mismos. De allí que la Argentina está dispuesta, como lo hizo en el pasado, a respetar los intereses y modos de vida de los habitantes de las Islas Malvinas.
Señor Presidente:
Transcurridos más de cincuenta años de la creación del Comité Especial de Descolonización, subsisten aún los crímenes del colonialismo. Es nuestra obligación ponerles fin. La comunidad internacional y el Secretario General pueden contar con la mejor de las disposiciones y los esfuerzos de la República Argentina para contribuir a su erradicación definitiva.
Muchas gracias.
Misión Permanente Argentina ante Naciones Unidas