Intervención del Representante Permanente de la República Argentina, Embajador Martín García Moritán
10 de enero
Señora Presidenta
En primer lugar quisiera agradecer a Suecia por la organización de este debate abierto y felicitarla por el inicio de su mandato en el Consejo de Seguridad.
De la misma manera, deseo expresar a las Delegaciones del Estado Plurinacional de Bolivia, Etiopía, Italia y Kazakhstan, las felicitaciones por el inicio de sus respectivos mandatos como miembros no permanentes de este órgano.
Agradezco muy especialmente al Secretario General António Guterres por la presentación de su visión sobre la centralidad de la prevención de conflictos en la agenda de las Naciones Unidas y acerca de la necesidad de adoptar una “cultura de la prevención”.
La Argentina está convencida que para lograr una “paz sostenible” la prevención y las actividades de consolidación de la paz deben estar presentes, no sólo en la etapa posterior al conflicto sino antes, durante y después de los conflictos.
Es por ello que mi país ha tradicionalmente apoyado la adopción de un enfoque comprehensivo que considere las causas profundas de los conflictos a través del fortalecimiento del estado de derecho, la promoción del crecimiento económico sostenido y sostenible, la erradicación de la pobreza, el desarrollo social, la promoción de la democracia y el respeto de los derechos humanos, entre otras cuestiones asegurando que se tengan en cuenta las necesidades de todos los sectores de la población, lo cual abarca las actividades destinadas a impedir el estallido, la intensificación, la continuación y la recurrencia de los conflictos, abordando las causas profundas, ayudando a las partes en los conflictos a poner fin a las hostilidades, procurando la reconciliación nacional y avanzando hacia la recuperación, la reconstrucción y el desarrollo.
Señora Presidenta,
El sistema de Naciones Unidas cuenta con un amplio espectro de herramientas en materia de diplomacia preventiva y mediación. No obstante, como quedó claro durante el examen de la arquitectura para la consolidación de la paz, es preciso fortalecer dichas herramientas y lograr una mayor coherencia en las estrategias de prevención.
Cada uno de los órganos de las Naciones Unidas tiene responsabilidades y funciones específicas otorgadas por la Carta relacionadas con la prevención y con el concepto amplio de consolidación de la paz. Tanto la Asamblea General y el Consejo de Seguridad como el ECOSOC y la Comisión de Consolidación de la Paz se ocupan de cuestiones relacionadas con la prevención.
Lamentablemente, la experiencia demuestra que muchas veces el accionar en materia de prevención de cada uno de los mencionados órganos se encuentran fragmentados y no existe una visión de conjunto en los esfuerzos desplegados.
Si queremos mejorar las capacidades de prevención, necesitamos diseñar estrategias concretas no sólo para lograr una alerta temprana, sino también para incentivar la acción temprana. El énfasis debe estar puesto en prevenir y no sólo en mitigar el conflicto. Se debe dar primacía a las soluciones políticas y no a las militares.
El trabajo coordinado entre la Asamblea General, el Consejo de Seguridad y el Secretario General es esencial para fortalecer las capacidades de las Naciones Unidas en esta materia.
El rol del Secretario General es clave para lograr una mayor coherencia en las Naciones Unidas en esta materia. Es por ello que la Argentina da la bienvenida y apoya las propuestas del Secretario General Guterres tendientes a fortalecer la agenda de la prevención y a dar un nuevo énfasis a la diplomacia para la paz.
Consideramos que es muy acertada la propuesta del Secretario General de fortalecer la agenda de mediación y de buenos oficios de su oficina. No debemos perder de vista que para que estos esfuerzos tengan éxito, todas las partes en una disputa o conflicto deben cooperar plenamente con el Secretario General para el cumplimiento de su mandato, lo que permitirá potenciar el rol de Naciones Unidas como intermediario honesto y neutral.
Resulta esencial lograr una mayor coherencia en el accionar de la Secretaría y del sistema de Naciones Unidas en materia de prevención y consolidación de la paz. Poner fin a la dispersión y en muchos casos a la duplicación y superposición de esfuerzos debe ser una de las prioridades y es por ello que nos complace que una de las funciones de la nueva Asesora Principal en materia de Política del Secretario General, sea procurar lograr una mayor coherencia sistémica de las políticas, herramientas y operaciones vinculadas con la prevención.
Señora Presidenta,
Un enfoque preventivo integral incluye, de manera necesaria, una implicación nacional plena en los procesos de consolidación de la paz, es decir, la participación fundamental de los gobiernos y los distintos actores políticos y sociales de los Estados Miembros involucrados en dichos procesos. Dicha implicación nacional debe ser fomentada por las Naciones Unidas y otros actores internacionales, quienes pueden acompañar y facilitar ese proceso pero no encabezarlo.
A nivel regional también queda mucho por hacer. Debemos seguir construyendo asociaciones para la paz con las organizaciones regionales y subregionales, que son aliados insoslayables para el desarrollo de estrategias conducentes para la prevención y la consolidación de la paz. En el marco de las Américas, cabe considerar el papel que podrían desempeñar la OEA u otras organizaciones subregionales como la CELAC, la UNASUR o el MERCOSUR.
Señora Presidenta,
La dedicación de mayores recursos a la prevención contribuirá a evitar el surgimiento de nuevos conflictos o el resurgimiento de viejos. Este es el único camino para salvar vidas y para proteger los progresos en materia de desarrollo sostenible y para evitar tener que dedicar cuantiosos recursos para tratar de paliar las graves consecuencias de los conflictos.
La Argentina estima que las actividades de consolidación de la paz deben contar con un financiamiento predecible y sustentable. Por ese motivo, continúa apoyando la recomendación de asignar al Fondo para la Consolidación de la Paz un monto adecuado en el marco de las contribuciones establecidas para el presupuesto de la Organización.
Compartiendo el enfoque acorde al cual en las causas profundas de los conflictos se pueden encontrar la pobreza y en las violaciones de los derechos humanos, los Estados Miembros pueden jugar un papel clave en materia de prevención mediante esfuerzos mancomunados en la prosecución de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que no solo incluye la promoción de sociedades pacíficas e inclusivas como parte de su Objetivo 16, sino que afirma, además, que el desarrollo sostenible, la paz y la seguridad y los derechos humanos son interdependientes.
Para concluir, Señora Presidenta, quisiera destacar que como país comprometido con los principios y propósitos de la Carta, la Argentina renueva el firme interés de su política exterior y de su acción diplomática en favor de la prevención de conflictos, el sostenimiento de la paz, el estado de derecho y los derechos humanos.
Muchas gracias.