Intervención del Ministro Mateo Estrémé, Encargado de Negocios
en el debate general de la Segunda Comisión de la 67ma AGNU
Muchas gracias, Señor Presidente
Mi delegación se asocia plenamente a las intervenciones realizadas por la distinguida delegación de Argelia en nombre del Grupo de los 77 más China y por la distinguida delegación de Chile a nombre del CELAC, particularmente en la relevancia otorgada a cuestiones como la Agenda de Desarrollo de Naciones Unidas y el Financiamiento para el Desarrollo, así como la Revisión Amplia Cuatrienal de Políticas del sistema multilateral para la asistencia al desarrollo y, en ese proceso, la importancia de conceptos tales como masa crítica, recuperación de costos y equilibro entre recursos regulares y no regulares.
De forma complementaria a estas intervenciones, me permito destacar algunos asuntos debatidos en esta Comisión desde la perspectiva nacional.
Sr. Presidente,
La Argentina observa con preocupación el negativo impacto generado por la crisis financiera y económica internacional. Como hemos venido señalando desde 2008, la presente debacle impacta de modo generalizado en la economía mundial pero, muy especialmente, en las cuentas nacionales y la vida cotidiana de los países en desarrollo, sociedades que, a pesar de no haber causado la crisis, experimentan con particular crudeza sus consecuencias.
Por ello, resulta necesario asumir la gravedad de la situación y comprender la vinculación de la misma con paradigmas económicos convencionales que promueven la desregulación de la economía y la ausencia de controles en las transacciones financieras nacionales e internacionales.
En tal sentido, reiteramos nuestro llamado a que se lleven a cabo reformas en la gobernanza económica mundial, mejorando la legitimidad y la eficacia de las Instituciones Financieras Internacionales, aumentando la representatividad y margen de maniobra de los países en desarrollo.
En el caso particular del Fondo Monetario Internacional, se debe promover el fortalecimiento de su carácter multilateral y cooperativo, así como ampliar de modo significativo la asignación de los Derechos Especiales de Giro, de modo de reflejar adecuadamente el creciente rol desempeñado por algunos países en desarrollo en la economía internacional.
Sr. Presidente,
En lo relativo al desarrollo sostenible, ratificamos nuestro compromiso con los acuerdos emanados de la Cumbre de Río de 1992, ratificados en la reciente Conferencia de Río más 20, en el entendido de que el Desarrollo Sustentable demanda conjugar aspectos de crecimiento económico, desarrollo social y protección ambiental, a partir de un crecimiento económico inclusivo y promoviendo una mejor distribución de la riqueza.
En la Cumbre de la Tierra acordamos que todos los países tenemos responsabilidades comunes en materia de medio ambiente, pero también establecimos que tales responsabilidades son diferentes. Este principio fue reafirmado en junio pasado en la Conferencia Río más 20, un principio que desde hace ya dos décadas integra con justicia, la lógica negociadora en materia ambiental.
No se puede pretender igualar la responsabilidad de los países a la hora de contribuir al Desarrollo Sostenible: las obligaciones de cada país en materia económica, social y ambiental a nivel global deben corresponderse con su desarrollo, con sus circunstancias específicas y con sus diferentes responsabilidades históricas en el deterioro del ambiente.
Sr. Presidente,
En junio pasado acordamos una serie de procesos que guiarán la agenda del desarrollo sostenible de los próximos años. La Argentina se compromete a trabajar en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas para asegurar la materialización de los procesos lanzados en Río. Trabajaremos constructivamente en pos del diseño del Foro Político de Alto Nivel, en el fortalecimiento del PNUMA, en la definición de una estrategia de financiamiento para el desarrollo sostenible, y en el desarrollo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esos Objetivos deberán identificarse de un modo inclusivo y transparente.
Es necesario que el proceso de ODSs se encuentre fuertemente enraizado en los principios que nos han guiado desde 1992 y en el derecho internacional, que se nutra de los avances en materia de conocimiento científico y tecnológico y muy especialmente- que disponga de los medios para su implementación. Expresamos nuestra preocupación por el lento avance en la constitución del grupo de trabajo de composición abierta sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible y llamamos a la Segunda Comisión y a la Asamblea General a debatir sobre este importante tema.
Los ODS deben constituir una respuesta sistémica ante los principales desafíos de desarrollo sostenible, enfocándose primordialmente en la erradicación de la pobreza. Argentina considera fundamental la labor en este proceso de los países en desarrollo, para que los ODS conformen un escenario en el que podamos evidenciar las causas de la pobreza, plantear las inequidades sistémicas propias de la economía global y diagnosticar con claridad las condiciones estructurales de las economías más pobres.
Estos objetivos deben promover una articulación de los países menos favorecidos con la economía internacional que permita saldar sus deudas sociales internas, mediante el despliegue de las herramientas del control estatal de la economía y la intervención del Estado en las variables económicas que así lo requieran, limitando la brecha de la inequidad.
Muchos de los progresos alcanzados en las economías en desarrollo y emergentes se vieron interrumpidos por la crisis financiera global, deteniendo el avance hacia algunas metas e incluso quebrado tendencias positivas –como la de disminución del número de pobres-, instalando además un escenario de incertidumbre para los próximos años.
Sr. Presidente,
Como suele suceder, aun ante un eventual mejoramiento de la economía, los índices económicos se recuperan más rápidamente que los indicadores sociales. Esto es así por la existencia de condiciones estructurales presentes en Latinoamérica y otras regiones pobres del planeta, obstáculos que históricamente han frenado el desarrollo regional y se originan, entre otras circunstancias, en una muy desigual distribución del patrimonio y del ingreso, dentro y fuera de las fronteras nacionales. Esta conformación estructural ha mantenido y ampliado la brecha económica y tecnología internacional, en un proceso de divergencia en la apropiación de recursos que, lejos de disminuir, ha venido aumentando de manera consistente.
En tal sentido, la generación de empleo productivo de calidad representa una condición fundamental para avanzar en la reducción de la pobreza y luchar contra las desigualdades sociales que se reproducen a lo largo del tiempo y se reflejan en la elevada y persistente concentración de la economía.
Para ello no sólo resulta necesario la instalación de un perfil productivo y el aseguramiento del trabajo decente en los países periféricos, sino que es imprescindible que los países desarrollados reduzcan sus subsidios agrícolas y disminuyan sus elevados niveles de protección arancelaria y para-arancelaria en sectores de especial interés exportador para los países en desarrollo.
Muchas gracias.
Misión Permanente Argentina ante Naciones Unidas