Intervención de la Ministra de Desarrollo Social de la Nación, Dra. Carolina Stanley
3 de Febrero de 2016
Muchas gracias señor Presidente,
En primer lugar, permítale felicitarlo a usted y a los restantes miembros de la mesa por su elección para llevar adelante los trabajos del 54° período de sesiones de la Comisión. Quisiera expresarle el compromiso de mi delegación para arribar a una conclusión exitosa de los trabajos de la Comisión.
Es un honor para mí estar hoy aquí, representando a la Argentina en el rol que me cabe como conductora de las políticas sociales de mi país.
En la actualidad, en un mundo cada vez más globalizado, complejo, cambiante y por ende, imprevisible, resulta imposible entender al desarrollo de nuestros países dejando de lado su dimensión social. Las políticas económicas por si solas no bastan para generar cambios profundos y de largo plazo si no tienen como componente esencial la inclusión. Se vuelve entonces fundamental concebir al desarrollo social como un proceso de transformación, que garantice la plena realización de los derechos económicos, políticos, sociales, civiles y culturales de todas las personas. La vivencia de “conquista de derechos” hace que una sociedad sea inmune a todo tipo de discriminación, violencias, estereotipos, prejuicios y desigualdades.
Las políticas sociales deben considerar la complejidad de la pobreza entendida no sólo desde su dimensión material, sino también humana, tomando en cuenta el surgimiento de nuevas y diversas vulnerabilidades. Es por ello, que el gran desafío de nuestro gobierno, presidido por Mauricio Macri, es el de alcanzar la meta de “Pobreza Cero”.
Precisamente este es nuestro norte, que guiará sistemáticamente de manera transversal a todas las áreas programáticas de los distintos Ministerios del Gobierno Argentino. Somos plenamente conscientes de la envergadura que este reto implica, y por tal consideramos fundamental trazarlo como eje de gestión que trascienda el corto plazo y sea sostenible como Política de Estado intersectorial y multidimensional, cuyos beneficios atraviesen las generaciones.
Desde este marco, se torna imprescindible hacer efectiva una Red Integral de Protección Social como pilar fundamental de diseño y gestión de las políticas sociales, implementado de forma coordinada, articulada e integral las acciones de todas las dependencias del Estado. Se trata de construir un entramado que permita maximizar las estrategias de inclusión hacia familias, personas y territorios en situación de vulnerabilidad. Pondrá foco en atender a la multiplicidad de necesidades y demandas de la población con el objeto de reducir las condiciones que conllevan a la transmisión intergeneracional de la exclusión, promoviendo la igualdad de oportunidades y el ejercicio efectivo de derechos.
Esta Red ha de garantizar el acceso a un piso de protección social que posibilite a la ciudadanía en su conjunto, el acceso a los servicios básicos y de promoción social. Junto con el acceso a la educación, a la salud y al trabajo digno, será nuestro camino hacia una plena inclusión. Solo así podremos empoderar a las personas para que gocen de libertad sin condicionamientos.
En este sentido, las diversas formas de constitución de la familia cumplen un rol fundamental en nuestra estrategia de gobierno, en tanto institución clave para el desarrollo del capital humano y social como red de pertenencia, referencia y cuidado.
Desde esta lógica, buscaremos atender las problemáticas de las personas en cada etapa de la vida individual y familiar, desde la primera infancia hasta la vejez. Tomando en cuenta las divergencias territoriales y de grupos de población específicos históricamente relegados, como las mujeres, los pueblos indígenas, los adultos mayores, las personas con capacidades diferentes y las personas LGBTI, entre otros tantos grupos que requieren de nuestra atención y compromiso permanente.
Consideramos que para avanzar hacia la igualdad de derechos y oportunidades de las personas es imprescindible generar condiciones óptimas de desarrollo desde la primera infancia, para lo cual redoblaremos nuestros esfuerzos hacia una política pública cuya misión sea acompañar, proteger y apoyar integralmente a todos los niños, niñas y sus familias para la construcción de un país más equitativo que incluya e integre a todos, sin distinciones.
Trabajaremos en pos de una verdadera equidad de género, empoderando especialmente a las mujeres que enfrentan situaciones de violencia, desde un abordaje multisectorial, de fortalecimiento institucional y transformación cultural.
Para lograr resultados concretos, se vuelve fundamental la creación de nuevos indicadores que tengan en cuenta las múltiples dimensiones de cada problemática, para así generar sistemas de gestión efectivos, democráticos y comprometidos con los sujetos a quienes son dirigidos. Necesariamente deben regirse por acciones de seguimiento y evaluación que verifiquen el impacto en el mejoramiento de las condiciones de vida. Solo así podremos trabajar en profundizar las acciones correctas y corregir los desvíos cuando sea necesario.
El acompañamiento de todos los actores sociales sub-nacionales, nacionales e internacionales es fundamental para el logro de nuestros objetivos. Entendiendo a la participación como una estrategia que asegure la legitimidad, transparencia y la equidad de nuestras acciones de gobierno, consensuada entre los actores claves del quehacer nacional.
Nuestro compromiso con la Agenda de Desarrollo Sustentable 2030 se vuelve así prioritario. El desarrollo ya no puede llamarse tal si no es sostenible.
Los ODS, en consonancia con la meta “Pobreza Cero”, renuevan nuestro compromiso con una estrategia de desarrollo humano integral y sostenible a largo plazo, tanto de la persona como de su entorno, fortaleciendo las familias, las organizaciones sociales y las instituciones del Estado como principio y fin de nuestra acción de gobierno, sin dejar a nadie atrás.
Muchas gracias señor Presidente.