|
REGRESAR

ECOSOC

INTERVENCION PARA EL EVENTO CONJUNTO ECOSOC/FAO/
SEGURIDAD ALIMENTARIA Y NUTRICION
 

Sr. Presidente,

Le agradezco la organización de este importante evento, y agradezco a los panelistas por sus interesantes presentaciones.

Sr. Presidente,

En primer lugar deseamos destacar con respecto a la información incluida en la nota conceptual presentada para la reunión que, en algunos casos, las afirmaciones resultan imprecisas o inclusive, no respetan fielmente la información que se encuentra incluida en la bibliografía citada. Ejemplos de ello resultan la utilización el término seguridad nutricional (“nutrition security”) que no se encuentra acordado en el marco del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial. Respecto de la mención a “climate-smart agricultural systems”, es dable destacar que no se trata de un término acordado internacionalmente y, por lo tanto, puede ser interpretado de forma arbitraria en distintos sentidos. En el último párrafo de la página 3, el documento se refiere a “quantity and quality of nutrition”, citando como fuente el Global Monitoring Report 2012 del Banco Mundial. Al respecto, se destaca que dicha referencia no resulta correcta desde el punto de vista conceptual, en tanto la cantidad podría ser de alimentos pero no de la nutrición en sí misma. En este sentido, cabe señalar que en el informe mencionado las referencias que se realizan son con respecto a “quantity and quality of food” y a “dietary quality and food quantity”.

Confiamos en que nuestros comentarios serán tenidos debidamente en cuenta para ocasiones futuras.

Sr. Presidente,

Actualmente hay 1.000 millones de personas que sufren hambre en el mundo y las proyecciones de la FAO indican que de aquí al 2050 la producción alimentaria tendrá que incrementarse en un 70% para abastecer la creciente demanda. En el año 2050 habrá unas 9 mil millones de personas consumiendo un 50% más de alimentos en relación con la actualidad.

La Argentina, como uno de los principales productores de alimentos en el mundo, trabaja día a día, a través de la conjunción de esfuerzos del sector privado y de un Estado activo en el diseño de políticas de impulso sectorial, para aportar a la mejora de la seguridad alimentaria de todos.

En tal sentido, mi delegación desea señalar que desde el 2002, nuestro país ha aumentado su producción de granos exportables sustancialmente al lograr alcanzar las  100 millones de toneladas producidas.

Sr. Presidente,

Debemos tener en cuenta en esta discusión que los mercados agrícolas son por su propia constitución volátiles. Sin embargo, la solución a la excesiva volatilidad no pasa por reducir artificialmente los precios de los productos básicos. El hambre en el mundo no es producto de la volatilidad de los precios sino de la pobreza y de la injusta distribución de la riqueza. En la historia de la humanidad han existido grandes hambrunas en un contexto donde los precios de los alimentos se mantenían bajos y estables. Más aún, los precios artificialmente bajos por el proteccionismo en el comercio agrícola internacional, incluido los subsidios de los países desarrollados, han sido una de las principales causas que afectara a vastas regiones del mundo, como América Latina y África, desalentando la inversión en agricultura y por ende limitando el desarrollo de todo su potencial productivo y exportador.

La solución debe centrarse en mayor producción de alimentos, a los cuales tengan acceso más personas. Se debe promover más políticas centradas en la promoción de la inversión en alimentos y en la disminución de la pobreza.

Sr. Presidente,

Según información del Banco Mundial, los niveles de precios observados, en términos reales, durante la década 2000-2009 resultaron ser un 34% inferior al promedio de la década del ´60. Esto significa que el sector alimentario ha quedado rezagado en términos de incrementos de precios en comparación al total de la economía y las modificaciones observadas durante los últimos años fueron simplemente una reversión de precios históricamente bajos hacia promedios históricos. Esta reversión de precios ha constituido un estímulo indispensable para incrementar la inversión en el sector y contribuir de ese modo a aumentar la productividad/producción agrícola y por ende, aumentar la oferta alimentaria para hacer frente a la creciente demanda internacional.

Además, para mejorar y aumentar la oferta de alimentos, la Argentina viene bregando desde hace años por la eliminación del proteccionismo y de las subvenciones en los mercados agrícolas, políticas comerciales que han provocado desde los años 50 importantes distorsiones en los mercados y han tenido efectos muy negativos sobre la producción.

En efecto, el proteccionismo dificulta mucho el acceso a los mercados y los subsidios generan competencia desleal, provocando un impacto negativo sobre la producción de valor agregado y sobre la inversión en muchos países en desarrollo.

El comercio internacional debe ayudar a la seguridad alimentaria. El estancamiento de las negociaciones agrícolas en el marco de la Ronda de Doha de la OMC es una pausa incompatible con el proceso continuo de la reforma fundamental de las políticas agropecuarias conforme se estableció en el Acuerdo sobre Agricultura y en el mandato agrícola de la Ronda de Doha.

Sr. Presidente,

Por otra parte, existe una alta correlación entre la volatilidad de los precios y la especulación financiera y es indudable que dicha especulación es uno de los principales motivos de la excesiva volatilidad de los precios. En décadas anteriores hemos visto situaciones de mayor volatilidad, sobre todo en los años 70, donde la crisis del petróleo repercutió directamente en los precios de los commodities.  La situación evidenciada en estos últimos años se debe de manera primordial a la irrupción en los mercados agrícolas de capitales especulativos que huyeron de los mercados financieros frente a la crisis del 2008 junto con los movimientos excesivos del precio del petróleo.

La Argentina considera fundamental enfrentar a la especulación financiera aplicando las regulaciones e instrumentos adecuados.

Sr. Presidente,

La Argentina desea a su vez destacar la importancia que se consigan condiciones internacionales que estimulen el desarrollo agrícola, para lo cual es fundamental reformar las políticas agrícolas de los países desarrollados, que deberían abrir sus mercados, y deberían eliminar los subsidios que provocan distorsiones nocivas en los mercados agrícolas.

También es importante estimular la inversión y asegurar el funcionamiento genuino de los mercados. Para aumentar la producción y productividad agrícola resulta indispensable incrementar las inversiones, tanto públicas como privadas, sobre todo en infraestructura y tecnología en todos los países, pero especialmente en aquellos con fuerte potencial de producción agroindustrial y que por diferentes motivos no han podido aprovechar sus capacidades.

La innovación es un pilar central en la lucha contra el flagelo del hambre. Las nuevas tecnologías deben adaptarse a las limitaciones y dificultades de los agricultores familiares. Para ello, es importante que los centros de investigación examinen la complejidad particular de los procesos productivos de los productores de pequeña escala. La adopción de las nuevas tecnologías y el desarrollo de capacidades requieren no solo mecanismos apropiados de cooperación, sino también facilitar el acceso a los paquetes tecnológicos a los productores de la agricultura familiar.

El logro de estas metas implica necesariamente la presencia de los Estados que a través de medidas de política específicas puedan atender y superar los distintos problemas que afectan al sector.

Sr. Presidente,

Entre algunas de las políticas públicas implementadas en Argentina para el desarrollo de la agricultura familiar, se encuentran: la implementación del Registro Nacional de la Agricultura Familiar (RENAF), el desarrollo de marcas de comercialización colectiva, la adecuación de normas sanitarias a la realidad de la agricultura familiar, el apoyo a las iniciativas comerciales de la agricultura familiar, el diseño de instrumentos de financiación adecuados a cada región, los Fondos de emergencia agropecuaria para compensar las contingencias climáticas y de mercado, los Fondos específicos para el desarrollo de actividades como la ganadería bovina, caprina, ovina y algodonera.

Son varios los países de la región latinoamericana y del Caribe que utilizan la siembra directa como herramienta para aumentar la productividad en forma sostenible. Esta decisión se sustenta en una amplia gama de razones, dentro de las que se destacan la reducción de los costos operativos, la simplificación de las tareas y la mejora en la eficiencia de la mano de obra. Por otro lado, incrementa la eficiencia en el uso del agua, mejora los niveles de producción y contribuye a realizar un mejor uso y conservación de los recursos naturales involucrados en el proceso productivo, resultando así también en una estrategia importante a aplicar para hacer frente a la mayor demanda de alimentos.

Para incrementar la producción y productividad de alimentos resulta imperioso aumentar las inversiones tanto públicas como privadas, sobre todo en infraestructura y tecnología, para fomentar así el desarrollo de la capacidad productiva motivando el aumento de la cantidad de alimentos disponibles.

Muchas gracias.