Como parte de la delegación argentina, el Director Nacional del Programa Sumar, Martín Sabignoso, participó del Foro Mundial por la Salud y el Desarrollo de las Mujeres, que se desarrolló esta semana en el edificio de Naciones Unidas. El objetivo del Foro es poner la salud de las mujeres en el marco del desarrollo sostenible como prioridad en la agenda para el desarrollo post-2015 aprovechando las estrategias, experiencias y recursos de los políticos, profesionales, y actores de la sociedad civil y el sector privado de todo el mundo. En diálogo con la Misión Argentina Ante Naciones Unidas, Sabignoso llevó adelante un balance del foro y destacó el rol de la Embajadora María Cristina Perceval en las Naciones Unidas.
-¿Cuál es balance del foro? ¿Cuál fue el aporte de la Argentina a la comunidad internacional y cuál el aporte de esta experiencia para la Argentina?
-Desde el punto de vista de la contribución Argentina a la comunidad internacional, el balance es muy positivo porque hubo mucha valoración del programa tanto por parte de los países como de las organizaciones de la sociedad civil, el sector privado, y las organizaciones y agencias internacionales. Fue muy importante participar del foro, en especial del panel sobre políticas públicas de salud y desarrollo sostenible para las mujeres.
-¿Qué fue lo más valorado del programa?
-Que es un sistema de financiación por resultados que permite lograr mejores resultados de salud para la mujer y para la población en general, en particular para la mujer. Si partimos de la base de que nunca son suficientes los recursos financieros para lograr mejorar la salud de la población, este programa innovador de financiamiento por resultados genera mucho optimismo y confianza en que con los recursos disponibles se pueden lograr más resultados de salud para la sociedad en general, y en particular, en este caso, para las mujeres.
-Cuando usted dice que el programa es innovador, ¿a qué se refiere?
Algo que también fue muy destacado por los demás países es que hay un plan de servicios explícitos de salud y esto es muy importante porque es una forma de empoderar a las mujeres y a toda la población en la medida en la que se asocian derechos con servicios y los derechos tienen un sentido concreto, práctico, y que la información esté a disposición de la población para que ellos puedan tener las mejores condiciones de exigencia y acceso a estos servicios. Pero al mismo tiempo es súper importante para los hospitales y centros de salud porque ellos de esta manera pueden saber qué se espera de ellos, qué espera la gente, qué esperan los sistemas de salud de su trabajo.
-¿A qué se refiere con ‘explícito’? ¿Cuál sería la diferencia con un plan implícito?
-En Argentina el sector público tiene todavía un sistema de cobertura implícito, esto significa que si bien la cobertura existe, no está claro para la sociedad qué servicios puede exigir, qué calidad puede demandar, ni en qué tiempo puede demandar estos servicios. Entonces la idea de un programa explícito es importante porque habla de un Estado que no hace lo que puede, sino que hace aquello que se compromete a hacer. Es un compromiso documentado hacia la ciudadanía.
-¿Y qué pasa en el otro sentido?, ¿Qué experiencias que usted escuchó en el foro le resultaron interesantes en lo personal y qué experiencias y voces piensa que pueden ser útiles o valiosas para las políticas de salud en Argentina?
- Me gusta mucho que se trabaje sobre el concepto de cobertura de salud universal. Es muy importante conocer todas las experiencias en el mundo acerca de cómo hacer que esa cobertura universal llegue a todos y cómo hacer para que todas las personas puedan gozar de un acceso real a servicios de salud. Y como las realidades son tan diferentes, uno no puede trabajar con un único instrumento ni una única estrategia. Entonces lo importante es poder conocer esas diferentes estrategias para alcanzar a las poblaciones más vulnerables y por lo tanto más difíciles de proteger. También me pareció muy enriquecedor el acento en las cuestiones de género porque la calidad implica saber cuál es el servicio más adecuado para cada grupo poblacional. Esta mirada nos permite avanzar hacia una mejor cobertura de salud incorporando una perspectiva de género.
-¿Y experiencias de otros países?
- Me resultaron muy interesantes los recorridos de cuatro países de ingresos medios que son China, Chile, Cuba, y Costa Rica, que también lograron resultados muy destacados, lo cual nos da esperanza y nos alegra porque ya estamos trabajando con ellos. Son casos que ayudan a sumar perspectivas a la discusión global de cómo podemos seguir avanzando para que las mujeres puedan tener mayor acceso a servicios de salud.
- Usted mencionó la posibilidad de que Colombia adopte el programa Sumar. ¿En qué estado se encuentra ese proyecto
-Todos los países están haciendo el máximo esfuerzo para lograr mejor salud con el dinero disponible, entonces la forma en la que se invierte el dinero es muy importante y en este sentido el Programa representa una buena práctica universal porque asocia el financiamiento a resultados concretos. Es un mecanismo más eficiente y más equitativo porque los principales beneficiarios son las personas más vulnerables.
-¿Y ya hubo intercambios en este sentido?
-Sí. Colombia quiere implementar la financiación por resultados y aprender de la experiencia de Sumar, una de las pocas experiencias en la región y en el mundo. Con México y Nicaragua también estamos trabajando. La idea es adaptar las ideas del programa a sus contextos específicos. No “adoptar” sino “adaptar”, hay una gran diferencia entre esas dos letras.
17 de febrero de 2015