Intervención del Representante Permanente de la República Argentina, Embajador Martín García Moritán
23 de abril
Muchas gracias señor Presidente,
En primer lugar, permítame agradecer al Gobierno del Perú, a través de su persona, por la iniciativa de organizar este debate sobre la temática de la Juventud, la Paz y la Seguridad. Del mismo modo, agradecemos las intervenciones informativas de la Enviada Especial del Secretario General, del Sr. Graeme Simpson, y de las señoras Pierre-Antoine y Ekomo-Soignet.
La Argentina ha abrazado desde un principio el nuevo énfasis dado por el Secretario General a la prevención de los conflictos así como al desarrollo del concepto de paz sostenible o sostenimiento de la paz, narrativa en la que los jóvenes y las mujeres tienen un papel fundamental. Nuestro país reconoce que la paz y la seguridad están interrelacionados y se refuerzan mutuamente.
Reconocemos el importante papel de los jóvenes en la prevención y solución de los conflictos, y como aspecto clave de la sostenibilidad, la inclusión y el éxito de las actividades de mantenimiento y consolidación de la paz. Es así que apoyamos la implementación de la Resolución 2250 (2015), promoviendo internacionalmente que los jóvenes sean instrumentos de paz, de diálogo, de entendimiento, y luchen contra la pobreza, la violencia y la intolerancia.
En efecto, la Argentina considera que los conflictos armados son un detrimento a las oportunidades educativas y laborales de los jóvenes, quienes son vulnerables y a menudo se ven expuestos a situaciones peligrosas que ralentizan su desarrollo y afectan su escolarización. Se estima que aproximadamente 300.000 niños y jóvenes armados viven en zonas de conflicto. Son víctimas, obligados a vivir en una constante violación de sus derechos, al ser sometidos a situaciones como el reclutamiento, la mutilación, el secuestro, la violencia sexual, los ataques contra escuelas y hospitales, y la denegación de ayuda humanitaria.
Además de sufrir violaciones a sus derechos humanos más básicos, los conflictos afectan a los jóvenes a nivel psicológico y social, lo cual impacta negativamente en su desarrollo. Pueden perder el acceso a la educación y otras actividades propias de la edad; pueden verse afectados por sentimientos de culpabilidad o por una percepción de la violencia como normalidad en el caso de que se hayan adherido a grupos armados, de manera voluntaria o forzada, o al haber presenciado o cometido actos de violencia extrema; y en muchos casos el padecimiento sentimientos de pérdida, desarraigo, violencia sexual y adicción a sustancias tóxicas trae aparejadas consecuencias negativas para su salud mental.
Muchos jóvenes en contextos de conflicto se ven afectados al servicio militar, o participan en sub-economías ilícitas y basadas en la guerra. En reiteradas oportunidades son reclutados por la fuerza, y en otros casos, son impulsados por presiones culturales, sociales, económicas y políticas, ya que la economía informal asociada con los conflictos a veces puede ofrecerles oportunidades laborales y sociales percibidas como preferibles frente a la pobreza y el hambre.
Señor Presidente,
Es esencial prestar mayor atención a las causas fundamentales de los conflictos y a la importancia de encontrar soluciones que partan del involucramiento nacional, en las que los jóvenes pueden tener un rol significativo respecto a la prevención y el sostenimiento de la paz, si se les asegura un entorno inclusivo mediante el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
En su participación en el ECOSOC, la Argentina ha sostenido que la Comisión de Consolidación de la Paz tiene una función de puente y consulta entre los esfuerzos de paz y seguridad de la Organización y aquéllos dedicados al desarrollo, los derechos humanos y la asistencia humanitaria. En concordancia con esta visión, creemos que la Comisión puede, en su papel activo de apoyo al Consejo de Seguridad, destacar la contribución de los jóvenes a la hora del diseño y evaluación de los mandatos de operaciones de mantenimiento de paz, especialmente en sus fases de consolidación de la paz.
En dicho marco, la Argentina apoya el reclamo de UNICEF para que se avance urgentemente en los esfuerzos para proteger a niños, niñas y jóvenes afectados por los conflictos, mediante el desarrollo de legislación, políticas, y acciones a nivel nacional para proteger a los más jóvenes.
Señor Presidente,
La educación es fundamental para la paz, la seguridad, el desarrollo y el pleno disfrute de los derechos humanos; y el acceso continuo a una educación segura contribuye a proteger a los jóvenes de los peligros de los conflictos armados. La educación no es sólo un derecho humano sino también un mecanismo esencial de protección para los jóvenes afectados por conflictos armados, ayudándoles a alcanzar su potencial y a contribuir a la construcción de comunidades más fuertes.
Como contrapartida, el resguardo de la seguridad de los jóvenes permite que puedan transformarse en actores relevantes en los procesos de reconstrucción y consolidación de la paz post-conflicto, los cuales pueden suceder con mayor celeridad si el sector educativo ha trascendido los efectos de la guerra.
Reconociendo que los jóvenes constituyen una gran parte de los civiles que se ven perjudicados por los conflictos armados, y que la interrupción del acceso de los jóvenes a la educación y las oportunidades económicas tiene consecuencias decisivas para la paz y la reconciliación duraderas, la Argentina organizó en marzo de 2017, junto con Noruega, la II Conferencia sobre Escuelas Seguras, que tuvo como objetivo la concientización a nivel global respecto de la gravedad de los ataques contra estudiantes, profesores, escuelas y universidades, y del uso militar de las escuelas y universidades, así como para difundir la “Declaración sobre Escuelas Seguras” y las “Directrices para Prevenir el Uso Militar de Escuelas y Universidades durante Conflictos Armados” adoptadas en Oslo, en mayo 2015.
Señor Presidente,
La Argentina cree que es fundamental que los jóvenes incrementen su participación significativa e inclusiva como líderes del futuro para la consolidación de la paz con un potencial transformativo, en lugar de involucrarse en la violencia. Sin duda, los jóvenes tienen un importante papel que jugar en el diseño de su propio futuro y en la construcción de la paz. Necesitan que se los involucre en los programas de ayuda, recuperación y reconstrucción, y como parte de los procesos de transición y reconciliación nacional. Los gobiernos y la sociedad civil, incluso en asociación con el sector privado, deben aprovechar la energía, ideas y experiencias de los jóvenes para crear una nueva sociedad post conflicto.
De igual modo, la Argentina reafirma lo expresado por el Pacto Iberoamericano de la Juventud en el sentido de impulsar el papel de las personas jóvenes como promotores de una cultura de paz, mediante la creación de programas de formación para la prevención de violencias y la resolución de conflictos.
En tal sentido, la Argentina promueve el desarrollo de la capacidad y las aptitudes de los jóvenes, así como la creación de empleos para ellos a fin de contribuir de forma activa en el sostenimiento de la paz. Los planes especiales de empleo y capacitación de jóvenes, y el desarrollo de los recursos humanos, deben constituir la base de programas innovadores de rehabilitación y reintegración social para jóvenes en situaciones post conflicto, especialmente para niños y jóvenes ex soldados, con discapacidad, o que hayan perdido oportunidades de educación.
Por último, nos gustaría enfatizar que los ideales y la energía de los jóvenes, quienes son agentes clave del cambio social, el desarrollo económico y la innovación tecnológica de sus comunidades, constituyen un potencial imprescindible para ayudar a prevenir los conflictos y participar en la configuración de una paz duradera. Es por ello que consideramos oportuno continuar con el tratamiento de esta cuestión en el marco del Consejo, así como continuar profundizando el conocimiento respecto a la relación entre el papel de los jóvenes y el mantenimiento, la construcción y el sostenimiento de la paz.
Muchas gracias.