Intervención del Representante Permanente de la República Argentina, Embajador Martín García Moritán
14 de octubre
Señor Presidente,
Permítame en primer lugar felicitarlo a usted y demás integrantes de la Mesa y asegurar la plena cooperación de mi Delegación. Nos complace mucho contar con un distinguido representante de la región presidiendo nuestros trabajos.
Quisiera también agradecer la presencia e intervenciones en el día de ayer del Presidente de la Asamblea General y de la Secretaria General Adjunta y Alta Representante para Asuntos de Desarme.
La comunidad internacional enfrenta hoy desafíos y amenazas que requieren compromisos efectivos y eficaces. Nos encontramos frente a un escenario complejo que nos recuerda la imperiosa necesidad de eliminar las armas de destrucción masiva, armas que constituyen una amenaza existencial para toda la humanidad. Estos desafíos demandan soluciones alcanzadas a través del diálogo y de la construcción de consensos.
La Argentina ha construido una política de seguridad internacional y no proliferación que se proyecta en dos planos: el primero de ellos relativo al respeto del derecho al desarrollo y uso pacífico de las tecnologías avanzadas, y el segundo, referido a la no proliferación de las armas de destrucción masiva, sean nucleares, químicas o biológicas, y sus vectores y tecnologías vinculadas.
Señor Presidente,
El Tratado sobre la No Proliferación Nuclear de las Armas Nucleares (TNP) es la piedra angular del régimen de desarme, no proliferación nuclear y usos pacíficos de la energía nuclear. La Argentina presidirá la próxima Conferencia de Revisión del TNP, que tendrá lugar en 2020. Esta ocasión resulta particularmente significativa ya que marcará el 25º aniversario desde la Conferencia de Revisión y Extensión de 1995.
La entrada en vigor del Tratado para la Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN) y su universalización son pasos decisivos para preservar la credibilidad en el sistema de no proliferación, y constituirán sin duda una enorme contribución a dicho objetivo fundamental.
La Argentina es parte de una región que ha estado históricamente en la avanzada cuando se trata de desarme y no proliferación. La contribución a la paz y la seguridad a nivel regional y global que significó el Tratado de Tlatelolco, que ya tiene 51 años, ha sido real y efectiva. No sólo porque fortaleció el compromiso de nuestros países con el desarme y la no proliferación, sino porque, a través de sus Protocolos, los países poseedores de armas nucleares se han obligado a no violar el estatuto de la región como zona libre de armas nucleares. Tales compromisos deben ser honrados y fortalecidos, y llamamos a quienes corresponda a que revisen sus declaraciones interpretativas que condicionan el objeto y el fin del Tratado de Tlatelolco.
Sin embargo, América Latina y el Caribe es la única región del mundo que jamás tuvo la oportunidad de conducir el Organismo Internacional de Energía Atómica en sus más de 60 años de existencia.
El OIEA es un organismo que requiere antecedentes relevantes y conocimientos muy específicos. La Argentina presentó la candidatura del Emb. Rafael Mariano Grossi a la Dirección General de ese Organismo. El Emb. Grossi es un diplomático de carrera; con más de 35 años de experiencia profesional en el campo de la no proliferación y el desarme; ocupó las posiciones más relevantes en la temática a nivel internacional, habiendo sido Jefe de Gabinete del OIEA y Director General adjunto para asuntos políticos. El Emb. Grossi aportará la experiencia técnica y el liderazgo diplomático necesarios para garantizar que el OIEA siga siendo la institución internacional indispensable e indiscutible en el campo nuclear, manteniendo su sólida reputación y proyectándola en los desafíos futuros.
Señor Presidente,
El programa nuclear de la República Popular Democrática de Corea es uno de los desafíos más relevantes que enfrenta el régimen internacional de no proliferación nuclear. Por esa razón, recibimos con interés y esperanza los anuncios acerca de la interrupción del programa de ensayos nucleares por parte de República Democrática Popular de Corea.
Por otro lado, el uso de armas químicas por cualquier actor, en cualquier lugar o bajo cualquier circunstancia es inaceptable y constituye una violación manifiesta de las obligaciones internacionales emanadas de la Convención sobre las Armas Químicas y del Derecho Internacional y todos aquellos responsables de su utilización deben ser juzgados. Es necesario procurar actuar manteniendo una unidad de propósito y evitar divisiones políticas que lleven al debilitamiento de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas.
La Argentina reafirma la importancia fundamental de la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción y el Almacenamiento de Armas Bacteriológicas (Biológicas) y Toxínicas y sobre su Destrucción (CABT) y renueva su compromiso de seguir cooperando de forma activa y constructiva para avanzar en los objetivos de la plena implementación y la universalización de la Convención.
En el marco de la CABT, la Argentina ha presentado regularmente la información referida a las Medidas de Fomento de la Confianza, entendiendo que constituye un mecanismo útil para generar transparencia acerca de las actividades y desarrollos tecnológicos que se realicen en el marco de la Convención. En este sentido, alienta a todos aquellos Estados que aún no las han presentado a que avancen en dicha dirección.
La Argentina ha mantenido un rol activo en el cumplimiento de la Resolución 1540 (2004), buscando actualizar constantemente su marco normativo, participando de los más importantes mecanismos de coordinación relativos a la no proliferación y a la seguridad tecnológica y física, y mejorando sus capacidades para la efectiva implementación del mandato.
La Argentina ha actualizado en agosto pasado su Informe Nacional de implementación de la 1540, el cuarto, en vistas al próximo examen amplio en 2021, para el que ya se está preparando dicho Comité.
Asimismo en junio pasado, la Argentina fue sede de la Reunión Plenaria de la Iniciativa Global para Combatir el Terrorismo Nuclear (GICNT por sus siglas en inglés). Este encuentro permitió a los países socios y observadores oficiales revisar los resultados y progresos realizados en los dos últimos años en materia de detección nuclear, análisis forense nuclear y respuesta y mitigación, aportando a la construcción de una visión estratégica para avanzar en los próximos años.
Señor Presidente,
Las armas pequeñas continúan siendo un problema central que afecta la paz y la estabilidad, el desarrollo de las naciones, y cuyo comercio no controlado puede intensificar los conflictos armados. Su impacto no sólo se mide en las miles de muertes y millones de heridas diarias que provocan, sino también los efectos que suponen por la interrupción al acceso a la salud, los mercados, la educación y los derechos humanos.
En necesario reiterar la importancia de los mecanismos internacionales relativos al tema y la necesidad de explorar sinergias entre ellos: el Programa de Acción de las Naciones Unidas, el Instrumento Internacional de Rastreo, el Protocolo de Armas de Fuego y el Tratado sobre el Comercio de Armas.
La Argentina ha asignado gran importancia y ha mantenido un rol activo y un continuo compromiso con el Tratado sobre el Comercio de Armas, habiendo sido co-autora del Tratado. En esa línea, presidirá la 6ta Conferencia de Estados Parte que se celebrará en Ginebra en 2020.
La Argentina ha sido y continúa siendo una promotora de las medidas de fomento de la confianza y de transparencia en diversos ámbitos y ha participado comprometidamente en el proceso de establecimiento del Registro de Armas Convencionales. Prueba de ese compromiso fue la presidencia argentina del Grupo de Expertos Gubernamentales establecido en virtud de la resolución 71/44.
Señor Presidente,
Quisiera encomiar los esfuerzos que en el seno de ésta Organización estamos llevando a cabo para impulsar un mayor diálogo, el fomento de la transparencia y de la confianza en lo que se refiere a las actividades en el espacio ultraterrestre y en el ciberespacio. Estamos convencidos de que la militarización y uso ofensivo de la tecnología espacial y de las de las telecomunicaciones, además de constituir una grave amenaza a la paz y seguridad internacionales impide el progreso económico, social y cultural de toda la humanidad al que nos hemos comprometido al adoptar, cuatro años atrás, la Agenda 2030.
Para concluir, deseo resaltar una vez más el compromiso de la Argentina con los trabajos de ésta Comisión y hacemos votos para que ésta sea una sesión fructífera. Para ello, puede contar usted con la plena colaboración de mi Delegación.
Muchas gracias señor Presidente