Intervención del Representante Permanente de la República Argentina, Embajador Martín García Moritán
27 de septiembre
Muchas gracias señor moderador,
En primer lugar, permítame agradecer al Gobierno de Chile, por la organización de este evento y por la gentil invitación a participar del mismo.
En mi capacidad de Representante Permanente de la Argentina ante Naciones Unidas tengo el honor de ocupar, desde febrero de 2017, la Presidencia del Grupo de Trabajo de Composición Abierta de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre el Envejecimiento, lo que me permite experimentar de primera mano el estado actual y el desarrollo de los últimos del debate multilateral respecto a la promoción, la protección, el respeto y el goce de los derechos humanos de las personas mayores.
Mi país cuenta con una larga tradición de liderazgo a nivel nacional, regional e internacional respecto a la cuestión de los derechos humanos de las personas mayores. La Argentina fue uno de los principales promotores de la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, adoptada en el marco de la Organización de los Estados Americanos en 2015 (y que entró en vigor en agosto de 2016), así como de la creación del Grupo de Trabajo de Composición Abierta de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre el Envejecimiento, creado en 2010 mediante la resolución 65/182 de la Asamblea General, y del mandato de la Experta Independiente sobre el Disfrute de Todos los Derechos Humanos por las Personas Mayores, creado en 2013 en el seno del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.
El tema del presente evento “Alianza para un envejecimiento positivo y saludable y para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, nos conduce a evaluar el paradigma actual a la hora de abordar el fenómeno mundial del envejecimiento. Estamos hablando de una tendencia demográfica a nivel global producto de los avances y el desarrollo de todos los países del mundo en los últimos 100 años, lo que produjo que la expectativa de vida a nivel global se extienda constantemente, sumado a la baja de la tasa de fertilidad en los países más desarrollados, lo que arroja un resultado demográfico a nivel global en el que cada vez existe una mayor cantidad de adultos mayores.
La Argentina está convencida de que las personas mayores pueden realizar una contribución significativa al desarrollo, ya sea al social, al económico o al sostenible, tal como fuera reconocido por varias resoluciones de la Asamblea General y por la misma Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, para asegurar que las personas mayores contribuyan efectivamente al desarrollo de sus sociedades, ciertas garantías deben ser provistas. En tal sentido, el efectivo ejercicio de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de las personas mayores es un requisito imprescindible para asegurar su efectivo aporte al desarrollo social.
A tal fin, es necesario pasar de un enfoque que considera a las personas mayores como sujetos pasivos, objeto de políticas destinadas a su inclusión social o a la provisión de cuidados especiales, a un enfoque modernizado y multifacético que considere a la persona adulta mayor como un sujeto activo de derechos, agente y beneficiario del cambio.
Sólo mediante el ejercicio efectivo de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, las personas mayores estarán en condiciones de participar activa y plenamente de la vida social, económica, política y cultural de sus respectivas sociedades.
Como señala el Informe Mundial sobre el Envejecimiento y la Salud de la Organización Mundial de la salud, las políticas de salud pública deben tener presente el profundo replanteo actual acerca de lo que es la vejez y no basarse en estereotipos anticuados.
Asimismo, se debe partir de la base que el derecho a la salud es el derecho humano que las personas mayores tienen al más alto nivel de salud posible, el cual está estrechamente vinculado con el ejercicio de otros derechos humanos y depende de esos derechos, en particular el derecho a la alimentación, a la vivienda, al trabajo, a la educación, a la dignidad humana, a la vida, a la no discriminación, a la igualdad, a no ser sometido a torturas, a la vida privada, al acceso a la información y a la libertad de asociación, reunión y circulación.
Un enfoque de la salud basado en los derechos humanos requiere integrar la idea central de que las personas mayores participen activamente y tomen decisiones informadas sobre su salud y bienestar, un concepto que también es fundamental para el enfoque de salud pública centrado en la persona. Las políticas y los programas de salud deben empoderar a las personas mayores para que contribuyan a la sociedad y sigan siendo miembros activos de sus comunidades durante el mayor tiempo posible, en función de su capacidad.
Por otra parte, teniendo en cuenta que las personas mayores son el grupo etario de mayor crecimiento proyectado en los próximos años en todas las sociedades del mundo, y el hecho de que en 2050 el número de personas mayores superará tanto al número de niños como al número de jóvenes en el mundo, cualquier estrategia de desarrollo sostenible debe incluir a las personas mayores como agentes de cambio. Es imposible alcanzar un desarrollo sostenible y duradero si dejamos atrás al grupo social de mayor crecimiento.
En tal sentido, estamos convencidos de que a fin de empoderar a las personas mayores y convertirlas en sujetos activos de derechos y agentes y beneficiarios del cambio, asegurando su plena participación y contribución al desarrollo de sus sociedades, es necesario asegurar la efectiva y plena promoción, protección y disfrute de todos sus derechos humanos. Recordemos una de las premisas fundamentales de la Organización de las Naciones Unidas en cuanto a la interdependencia de sus pilares, que reza que sin derechos humanos no hay desarrollo.
Distinguidos colegas,
Permítanme ahora hacer referencia a los trabajos y los debates que se dan en el marco del Grupo de Trabajo de Composición Abierta de la Asamblea General, el cual constituye el principal escenario a nivel multilateral en el que se discuten las cuestiones relacionadas con los derechos humanos de las personas mayores.
El Grupo de Trabajo fue creado por la Asamblea General en 2010, mediante su resolución 65/182, presentada por el G77 y China (a iniciativa de la Argentina) y adoptada por consenso.
Su objetivo es el de aumentar la protección de los derechos humanos de las personas de edad examinando el marco internacional vigente en materia de derechos humanos de las personas de edad y determinando sus posibles deficiencias y la mejor forma de subsanarlas, incluso mediante el estudio, cuando corresponda, de la viabilidad de nuevos instrumentos y medidas.
Hasta la fecha se celebraron IX sesiones, la última tuvo lugar del 23 al 26 de julio de 2018. Con respecto a los métodos de trabajo del Grupo, durante la VII sesión en 2016, se decidió modificar la dinámica de trabajo y seleccionar dos temas prioritarios por sesión, a fin de focalizar las discusiones y mantener un debate sustantivo sobre las áreas seleccionadas. Esta nueva dinámica de trabajo permite avanzar en el estudio de aquellos tópicos en los cuales se pueden encontrar áreas de consenso entre los Estados para avanzar en la protección de los derechos humanos de las personas mayores, teniendo presente que todavía no existe acuerdo entre los Estados Miembros acerca de la necesidad (o no) de negociar un nuevo instrumento internacional jurídicamente vinculante en materia de derechos humanos de las personas mayores.
En tal sentido, durante la IX sesión de 2018, se trataron los temas “Autonomía e independencia” y “Cuidados paliativos y de largo plazo”.
Como se puede observar los temas abordados en esta última sesión del Grupo de Trabajo se encuentran íntimamente vinculados con la dignidad de las personas mayores y principalmente su calidad de vida, cuestiones que implican analizar el derecho a la salud de las personas mayores desde una perspectiva que se centre en la persona y en la posibilidad de ejercer sus derechos humanos más básicos.
En la última sesión también se analizaron los temas de la VIII sesión, “Igualdad y no discriminación” y “Violencia, maltrato y abuso” desde un punto de vista normativo. En este segmento los Estados compartieron sus diferentes puntos de vista y se identificaron áreas en común para lograr una mayor claridad sobre las obligaciones de los Estados en materia de no discriminación y violencia de las personas mayores.
Asimismo, en mi capacidad de Presidente propuse a los miembros del Grupo de Trabajo considerar la posibilidad de avanzar hacia resultados concretos luego de cada sesión, de manera de reflejar los puntos de consenso alcanzados en las áreas analizadas desde un punto de vista normativo, vinculadas al disfrute de los derechos humanos de las personas mayores. Considero que los resultados concretos de cada sesión contribuirán también a nutrir otros ámbitos como el trabajo de la Tercera Comisión de la Asamblea General y del Consejo de Derechos Humanos.
Para finalizar, considero necesario destacar la necesidad de que las personas mayores sean reconocidas y empoderadas como sujetos activos y específicos de derechos, no como un mero sujeto vulnerable pasible de acciones proteccionistas y asistencialistas. Lamentablemente, el marco legal internacional actual en materia de derechos humanos no es lo suficientemente específico y coherente como para garantizar la promoción, protección, respeto y pleno goce de los derechos humanos por parte de las personas mayores. En tal sentido, independientemente del grado de implementación de los instrumentos existentes y la transversalización de las cuestiones que afectan a las personas mayores en los mecanismos existentes, sólo un instrumento universal, específico y vinculante podrá otorgar los estándares suficientes para asegurar el pleno disfrute de nuestros derechos durante la vejez.
Teniendo presente la máxima premisa de la Agenda 2030 de "no dejar a nadie atrás" debemos sumar nuestros esfuerzos para que el ejercicio pleno de los derechos de las personas mayores no sólo sea respetado sino efectivamente garantizado por los Estados.
Muchas gracias.