Primer Borrador
Intervención en el Debate Abierto del Consejo de Seguridad sobre
“El mantenimiento de la paz y la seguridad internacional: el impacto del cambio climático”
Jueves 20 de Julio
Permítame, Sr. Presidente, formular los siguientes comentarios adicionales y puntuales en representación de la Argentina respecto al Debate Abierto que hoy nos convoca. Mi país considera que este debate debe ser una oportunidad para clarificar y reafirmar las competencias de la Asamblea General respecto a los efectos adversos del cambio climático, uno de los desafíos más urgentes en la agenda política de nuestros países y de las Naciones Unidas, con graves consecuencias económicas, sociales y ambientales que deben considerarse en los contextos que corresponden.
No hay duda de que los tres pilares de las Naciones Unidas - desarrollo, derechos humanos y paz y seguridad - están inter relacionados y se refuerzan mutuamente, como lo reconoce el Documento Final de la Cumbre de 2005. Una cooperación adecuada y fluida entre los órganos establecidos por la Carta así como los fondos, programas y agencias especializadas, es indispensable para hacer frente a cualquier situación concreta que pueda potencialmente afectar la seguridad nacional o internacional y se vea agravada por el cambio climático. De ninguna manera esto puede llevar a incluir un tema como cambio climático en la agenda del Consejo de Seguridad.
Sr. Presidente,
Me gustaría expresar la solidaridad de la Argentina con los pequeños estados insulares respecto a este desafío común del cambio climático. Las vidas de personas de todo el mundo, en particular en los países en desarrollo, se verán afectadas si no adoptamos urgentes medidas de mitigación y adaptación frente al cambio climático.
Sin embargo, esta no puede ser la excusa para una proliferación de debates e iniciativas en foros que no tienen ninguna capacidad de contribuir a los esfuerzos de mitigación, y que distraen la atención pública del verdadero debate. Estamos fuertemente comprometidos con una respuesta decisiva para enfrentar el problema del cambio climático y sus efectos adversos en los contextos adecuados, y en particular en el proceso de la Convención Marco de Cambio Climático, que es reconocido ampliamente como el órgano central de las Naciones Unidas responsable por este tema (par. 103). Lamentamos que este proceso se vea sin duda afectado por la falta de voluntad política de algunas partes para mantener y aumentar el nivel de ambición de sus compromisos para que el mundo tenga una oportunidad real de limitar el aumento de temperatura en nuestro sistema climático global.
El Secretario General confirma en su Informe A/64/350 que el cambio climático es un desafío global que sólo puede enfrentarse al nivel global. Estamos en plena coincidencia con este punto, y creemos que CMNUCC nos ofrece el marco efectivo para hacerlo.
Es difícil entender de qué manera la diversificación de enfoques y la excesiva proliferación de mecanismos pueden contribuir a un resultado positivo en las importantes negociaciones que tienen lugar este año.
Todavía estamos a tiempo de abordar las causas del cambio climático: los temas urgentes son la necesidad de aumentar las reducciones de emisiones y de que se cumplan los compromisos asumidos dentro de CMNUCC por los países desarrollados. Además, dentro de las negociaciones actuales sobre cambio climático, lanzadas luego de la presentación del Cuarto Informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, no hay señales claras de que podamos adoptar un segundo período de compromisos en Durban: los actuales compromisos de mitigación por parte de los países desarrollados en las negociaciones en la CMNUCC no son los adecuados para reducir las emisiones de efecto invernadero de forma tal que el aumento global de la temperatura promedio se mantenga por debajo de los 2 grados centígrados de aumento respecto de los niveles pre-industriales, como lo dicta Cancún.
La contribución histórica de los Estados al nivel actual de emisiones de carbono no es uniforme, y tampoco lo es el nivel de vulnerabilidad. Los estudios destacan que los países en desarrollo serán los más intensamente afectados, a pesar de que son los países que tienen menores niveles de emisiones y con menos recursos para enfrentar los efectos del cambio climático. El reconocimiento del principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas en la Conferencia de Río en 1992 es crucial para cualquier acción llamada a tener éxito.
Sr. Presidente,
En el pasado han habido otros intentos de vincular temas relacionados al cambio climático con la paz y seguridad internacionales, y para la Argentina no está claro cuál es su valor agregado.
Argentina está convencida de que estos temas y su interrelación con el desarrollo, la seguridad nacional, los derechos humanos, la erradicación de la pobreza y otros importantes enfoques tienen su canal natural en la Asamblea General, el ECOSOC y el sistema de instituciones especializadas tales como el PNUMA, HABITAT, la Comisión de Desarrollo Sostenible, las comisiones regionales y muchas organizaciones internacionales, incluyendo los bancos regionales de desarrollo. En el campo de la asistencia humanitaria OCHA, la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres, Voluntarios de Naciones Unidas, ACNUR, la OMS, entre otros; mientras que en seguridad alimentaria tienen un rol central la FAO, su Comité para la Seguridad Alimentaria Mundial, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas y la Fida.
Repetidamente, los informes nos señalan las implicaciones del cambio climático en el desarrollo y la economía, y se hace referencia a la seguridad nacional, pero no se ha establecido ningún vínculo con la seguridad internacional que esté respaldado por documentación o investigación. Recordemos que el 4to Informe de Evaluación del IPCC no estableció vínculo alguno entre el cambio climático, sus efectos, y la violencia en conflictos. No hay causalidad entre el cambio climático y la seguridad, sino por el contrario: el Informe nos señala que la vulnerabilidad al cambio climático puede verse exacerbada por otros factores de presión que surgen, por ejemplo, de riesgos climáticos actuales, la pobreza, el ingreso inequitativo a los recursos, la inseguridad alimentaria, las tendencias en la globalización económica, los conflictos y la incidencia de enfermedades tales como el HIV o SIDA.
Sr. Presidente,
El mencionado Informe del Secretario General nos presenta ideas sobre el camino que tenemos por delante que vale la pena considerar. Estamos completamente de acuerdo con el énfasis en la prevención y en la importancia para el futuro del planeta que tiene una acción decisiva en la mitigación. Coincidimos en que es necesario un apoyo internacional fortalecido para acciones de adaptación de amplio rango en los países en desarrollo, y que es imperativo que la comunidad internacional cumpla sus compromisos para la asistencia al desarrollo a fin de asegurar el desarrollo sostenible y equitativo de todos los Estados Miembros (par 98-100). El Informe reconoce que la naturaleza y grado de las implicaciones de seguridad del cambio climático todavía en gran medida no han sido comprobadas (par 2) e identifica algunos posibles nuevos desafíos, si las tendencias actuales se mantienen, aunque tales escenarios sólo se presentarían en el caso de que fracasaran las acciones de mitigación. No se formula recomendación alguna en el campo de la seguridad, mucho menos respecto al Consejo de Seguridad, aunque se plantean interesantes cuestiones que deben analizarse en el contexto adecuado (par 101), en el que todos los países miembros pueden participar.
Argentina considera que, en lo que respecta al cambio climático y la muy concreta amenaza a nuestra forma de vida, una preocupación legítima sobre la magnitud del desafío ha llevado a esta iniciativa que involucra a los mecanismos equivocados y procura establecer vínculos donde éstos no existen.
Hemos leído con atención el Informe del Secretario General, incluso donde se limita a reflejar las posiciones nacionales de los Estados Miembros, y hemos confirmado que las cuestiones que aparecen como relevantes para el análisis son de naturaleza tal que no se beneficiarían por una intervención de este órgano. La Argentina se opone firmemente a que temas de desarrollo o derechos humanos tales como la migración, el refugio, la inseguridad alimentaria o la erradicación de la pobreza sean clasificados como temas de seguridad. Nada se gana con este enfoque restringido, y son muchas las preguntas que se plantean. ¿Se puede proponer seriamente que el Consejo de Seguridad es la herramienta idónea para resolver la pérdida de agricultura debido a la desertificación o la salinización de los suelos? O, peor aún, que un fenómeno social como la migración deba recibir una respuesta militar?
¿Estamos pensando, acaso, en un supuesto de intervención del Consejo de Seguridad en estos casos? Y si así fuere, cuál sería el beneficio real para las personas afectadas?
En conclusión, Sr. Presidente, no queremos minimizar de ninguna manera los severos impactos del cambio climático en todos nosotros, y en particular en los países en desarrollo. Nos preocupa, ciertamente, el posible aumento del nivel del mar durante este siglo y sus graves consecuencias para el bienestar y la seguridad de la población de los pequeños estados insulares, y de todas las naciones insulares y países con áreas costeras bajas, incluyendo el mío propio. Todos estamos concientes de posibles escenarios futuros que son extremadamente preocupantes, pero no se ha ofrecido ningún argumento concreto sobre el valor agregado que el Consejo de Seguridad puede ofrecer en tales escenarios. Nada se gana con incluir un tema como el cambio climático en la agenda del Consejo de Seguridad, y cualquier intento de militarizar la respuesta a los efectos económicos, sociales y ambientales del cambio climático debería preocuparnos seriamente a todos.
Consideramos que la Asamblea General hubiera ofrecido el marco adecuado para la consideración de los vínculos entre el cambio climático y otros temas, incluyendo la seguridad. Entendemos que no se espera un documento de resultado específico de este Debate Abierto, lo que refleja nuevamente que las preocupaciones presentadas por mi país son ampliamente compartidas.
Debemos avanzar en dirección a evitar el aumento de la temperatura, y no en la dirección opuesta dando por sentado el fracaso y escenarios potenciales catastróficos. Los países desarrollados deben aumentar el nivel de ambición con respecto a sus compromisos para la mitigación que están hoy sobre la mesa de negociaciones. Los países en desarrollo debemos reforzar las acciones de mitigación que ya estamos llevando a cabo con nuestros propios recursos, y podríamos hacer mucho más con el apoyo de recursos financieros y transferencia de tecnología por parte de los países desarrollados.
Muchas gracias, Sr. Presidente.
Misión Permanente Argentina ante Las Naciones Unidas