19 de Mayo de 2011: 65AGNU, Plenario: Migración Internacional y Desarrollo. Intervención Ministro Limeres
Mi delegación desea agradecer el informe del Consejo de Seguridad contenido en el documento A/65/2. A la vez, damos la bienvenida a la convocación a esta nueva reunión de la Asamblea General sobre la reforma del Consejo de Seguridad, que provee una oportunidad adicional para conocer los puntos de vista de los Miembros de las Naciones Unidas sobre la reforma de dicho órgano y sobre cómo se debería avanzar en ella. Quisiera asimismo reconocer los esfuerzos del Embajador Zahir Tanin en nuestro común objetivo.
Debemos tener presente que la reforma del Consejo de Seguridad es un tema de la más alta trascendencia por sus marcadas implicancias para la Organización. Por ello, debe gozar del apoyo de todos sus Miembros. No se puede tratar de un proceso en el que cada posición compita por un número determinado de adhesiones, sino de uno que lleve a una solución aceptada por todos los Miembros, puesto que cambiará en forma permanente el diseño de este órgano, que tiene altas responsabilidades.
Por otra parte, la reforma del Consejo no está limitada a un único aspecto, que es el que parece dominar la escena. El documento oficioso del Embajador Tanin identifica cinco temas: las categorías de miembros, la cuestión del veto, la representación regional, el tamaño del Consejo de Seguridad y los métodos de trabajo, y la relación entre el Consejo de Seguridad y la Asamblea General. Todos esos elementos están íntimamente relacionados y hacen a la reforma del Consejo de Seguridad para cumplir el objetivo de todos los Miembros de hacer de este órgano —que tiene responsabilidad primaria en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales— uno más representativo, transparente, inclusivo, democrático y efectivo.
En algunos de esos cinco temas, mi delegación ve posibilidades de consenso, dado que no muestran grandes divergencias entre los miembros. Por ejemplo, que los métodos de trabajo del Consejo deben ser mejorados a través de la adopción de medidas pertinentes está generalmente aceptado, así como la necesidad de mejorar la interacción entre el Consejo y la Asamblea General. El número de miembros del Consejo también puede ofrecer posibilidad de un consenso. El fuertemente divisivo aspecto de las categorías de miembros no puede aparecer como el obstáculo a una reforma que es más global que ese solo aspecto, y que es necesaria.
Para lograr progresos en el camino hacia una reforma exitosa es imprescindible, como ya he expresado, el consenso de los miembros. La Argentina reitera que el tipo de solución que pueda lograr ese nivel de apoyo de los Miembros de las Naciones Unidas no estará dada por un enfoque transitorio que conlleve la posibilidad de cristalizar una determinada posición —en particular si ésta no goza del consenso de los miembros— sino por un enfoque que busque una solución intermedia o de compromiso. La solución intermedia que vislumbramos contempla, básicamente, una ampliación en el número de bancas no permanentes. Ello permitiría que los numerosos países que no han tenido aún la posibilidad de participar como miembros en el Consejo de Seguridad lo hagan.
La Argentina entiende que este tipo de solución brindaría un Consejo de Seguridad más representativo, porque permitiría corregir la falta de representación de algunas regiones, como también la de los países en desarrollo. A la vez, reforzaría la legitimidad del Consejo, lo haría más democrático. La afirmación de que el aumento del número de miembros del Consejo en la categoría de miembros no permanentes mantendría el status quo es en realidad falaz, dado que es el aumento del número de miembros permanentes el que no sólo mantendría el status quo —uno de desigualdad, en el que unos pocos países gozan de una situación privilegiada en forma permanente— sino que además lo acentuaría. La categoría de miembros permanentes no surge del concepto de representación democrática sino que, como todos sabemos, es producto de un determinado momento histórico. A la vez, contradice el reconocimiento explícito de los miembros de la organización del rol de los miembros no permanentes en el Consejo de Seguridad. Además, una solución intermedia tendría en sí el germen de la perdurabilidad, puesto que brindaría un Consejo de Seguridad que no sólo reflejaría la dinámica del mundo de hoy, sino también uno adaptable a futuras transformaciones del escenario internacional. Finalmente, las elecciones refuerzan el sentido de rendición de cuentas del Consejo de Seguridad.
Quisiera reiterar el aval de mi delegación a la propuesta que el grupo Unidos por el Consenso hiciera en este sentido, presentada por Italia y Colombia. La Argentina integra el grupo Unidos por el Consenso. Quisiera destacar la voluntad negociadora de este grupo de Estados, que, además de advertir que la reforma debe basarse en fórmulas realistas que puedan lograr el apoyo de la gran mayoría de los miembros, ha mostrado una verdadera flexibilidad con el fin de lograr una solución de compromiso. Confiamos en que el ímpetu de la Presidencia inspire a todas las delegaciones a abordar este tema con realismo y flexibilidad, teniendo en cuenta que la solución viable es una de compromiso.
La Argentina procura avanzar en un proceso transparente y previsible, y esencialmente dirigido por los Estados. A este respecto, quisiéramos indicar nuestro disenso con sugerencias hechas esta mañana para que el Presidente de la Asamblea y el Embajador Tanin avancen en una versión abreviada del documento del Embajador Tanin, a través de consultas hasta con grupos de Miembros. Quisiera destacar que el entendido de la Argentina es que la negociación de un tema de esta relevancia no puede ser abordada como un proceso de eliminación de posiciones en un documento oficioso subsumiéndolas en otras o de alguna otra manera sin la participación de todos los Miembros. Para esa participación, la transparencia es esencial, y las consultas abiertas son las únicas que pueden proveer el marco adecuado para dichas consultas en este importante tema.
La búsqueda de un compromiso que pueda gozar del consenso de los Miembros depende, como afirmara también esta mañana una delegación, de la determinación y de la apertura mental. Mе permito señalar que esta última es esencial para identificar compromisos realistas que todos los miembros puedan aceptar en una reforma crucial para las Naciones Unidas. La Argentina confía en la sabia guía del Presidente de la Asamblea para el tratamiento de este tema, y apoyará todos sus esfuerzos al respecto.
Misión Permanente Argentina ante Las Naciones Unidas