Muchas gracias, Sr. Presidente
En primer lugar, permítame felicitarlo por su elección para presidir los trabajos de esta sesión de la Primera Comisión, así como a los demás miembros de la Mesa. Asimismo, permítame agradecer al Embajador Sergio Duarte por su presentación.
Señor Presidente,
La República Argentina entiende que la eliminación total de las armas de destrucción en masa, atento su poder devastador, debe constituir la prioridad de los esfuerzos de la comunidad internacional en materia de desarme.
En particular, en el caso de las armas nucleares abogamos por una implementación equilibrada de los tres pilares del Tratado de No Proliferación: el desarme nuclear, la no proliferación y los usos pacíficos de la tecnología nuclear.
En ese sentido, el relanzamiento a partir de 2006 de nuestro programa nuclear para la producción de energía y la prestación de diversos servicios para nuestra sociedad se encuadra plenamente en el marco del estricto cumplimiento de nuestras obligaciones y controles internacionales en la materia. La Argentina posee una tradición en materia de tecnología nuclear, habiendo sido el primer país latinoamericano en operar una central de energía nuclear, e inaugurado recientemente su tercera central de este tipo. Mi país ha completado exitosamente el proceso de reducción del uso de uranio altamente enriquecido en sus reactores de investigación, y basa la totalidad de su producción en radioisótopos en uranio de bajo enriquecimiento. Todas esas actividades se desarrollan además de acuerdo con los más altos estándares de seguridad.
En materia de no proliferación mi país desarrolla una política responsable de cooperación internacional en los usos pacíficos de la energía nuclear y de exportación de materiales, equipos y tecnología nuclear, que se llevan a cabo de manera consistente con las Directrices del Grupo de Proveedores Nucleares del cual somos parte integrante.
Deseamos destacar, al mismo tiempo, que en julio de este año 2011 se cumplieron 20 años de la firma del Acuerdo entre la Argentina y Brasil sobre el Uso Exclusivamente Pacífico de la Energía Nuclear, en virtud del cual se creó un sistema compartido de contabilidad y control de los materiales nucleares y se estableció una agencia binacional para implementarlo. La Agencia Brasileño- Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC) es única en el mundo y potencia las garantías de las instalaciones nucleares de ambos países.
Señor Presidente,
La Argentina entiende que los desafíos que enfrenta hoy la comunidad internacional en esa materia seguramente encontrarían respuestas más efectivas si los Estados Poseedores de Armas Nucleares demostraran su disposición a la completa eliminación de estas armas. La Argentina considera que los arsenales nucleares en posesión de dichos Estados continúan teniendo dimensiones abrumadoras y constituyen la máxima amenaza a la seguridad colectiva y a la proliferación de armas nucleares.
Deseamos destacar la entrada en vigor del nuevo tratado START entre los Estados Unidos y la Federación Rusa, como hecho que permite alumbrar una esperanza de avance en la materia. Al mismo tiempo, la Argentina desea reiterar la exhortación a los países que no han firmado o ratificado aún el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, en particular aquellos incluidos en el Anexo 2 del Tratado, a adoptar los pasos necesarios para hacerlo, a fin de que el régimen diseñado en el CTBT comience a funcionar a la brevedad posible. En adición, mi delegación estima que la Conferencia de Desarme tiene pendiente una tarea de negociación urgente tanto de un Tratado para prohibir la producción de material fisionable para armas nucleares u otros dispositivos nucleares como de un instrumento sobre garantías de seguridad negativas.
La Argentina apoya de manera invariable toda medida que promueva la completa eliminación de las armas nucleares bajo los principios de transparencia, irreversibilidad y verificación de las medidas de desarme nuclear. En ese sentido, como Estado Parte de la primera zona libre de armas nucleares establecida en una región geográfica densamente poblada, reitera su llamado a los Estados que formularon declaraciones interpretativas a los Protocolos Adicionales al Tratado de Tlatelolco a que las retiren, en concordancia con la letra del tratado, frente al reclamo de una región que se comprometió a no producir, usar o permitir la presencia de armas nucleares.
La dimensión de la seguridad física de los materiales nucleares y la percepción de amenaza por parte del llamado terrorismo nuclear, que afectan a todos los países del mundo, alcanzan una magnitud especial en el caso de los arsenales de armas nucleares por la posibilidad de su uso directo si se produjera alguna sustracción por parte de grupos ilegales. La Argentina participa de los esfuerzos de la comunidad internacional en el campo de la seguridad nuclear a través del proceso de la Cumbre de Seguridad Nuclear cuya segunda edición se celebrará en marzo de 2012 en la República de Corea, así como en el marco de la Iniciativa Global para Combatir el Terrorismo Nuclear.
Señor Presidente,
En el año 1978 la Primera Sesión Especial de la Asamblea General dedicada al Desarme plasmó, por primera vez, una estrategia consensuada de desarme integral y ratificó el papel central y la responsabilidad primaria de las Naciones Unidas en el campo del desarme. En esa oportunidad, también se concluyó que los acuerdos de desarme y de limitación de armamentos deben otorgar medidas satisfactorias a todas las Partes.
Hace varios años que se ha iniciado un proceso de reflexión sobre las causas del estancamiento en el que se encuentra tanto la Conferencia de Desarme como el resto de los mecanismos de desarme de las Naciones Unidas, así como sobre las posibles soluciones para superarlo. De ese ejercicio de análisis, resulta evidente que los problemas de la Conferencia de Desarme para poder reanudar su trabajo sustantivo se encuentran, principalmente, fuera de ese foro, y que si bien es posible mejorar los métodos de trabajo de la Conferencia, se necesita renovada voluntad política para que se produzcan avances concretos. Por tal motivo, la Argentina entiende que todavía es posible revitalizar los órganos dedicados al desarme y que no es indispensable, en esta instancia, llevar a cabo procesos de negociación fuera de la Conferencia de Desarme.
Señor Presidente,
Desde hace más de una década se reconoce internacionalmente la necesidad de contar con normas multilateralmente negociadas que introduzcan previsibilidad a las transferencias de armas convencionales y se realicen conforme a los principios del derecho internacional vigente. Esta necesidad deriva de una variedad de razones, entre las que se destacan el uso indebido de las armas frente a las normas del derecho internacional humanitario y de derechos humanos, y los riesgos de su desvío hacia terroristas o grupos criminales.
Por ello, la Argentina entiende que es necesario contar con un instrumento internacional que establezca normas comunes a nivel mundial que permitan identificar cuáles son los factores y las circunstancias que los Estados deberán tener en cuenta a la hora de evaluar las autorizaciones de transferencias de armas convencionales, con el objetivo de evitar su desvío hacia actores o usos no autorizados por el derecho internacional. Al respecto, mi delegación desea destacar el espíritu de cooperación que ha caracterizado los trabajos del Comité Preparatorio de la Conferencia de las Naciones Unidas relativa al Tratado sobre el Comercio de Armas en la identificación de las recomendaciones a la Conferencia sobre los elementos necesarios para lograr un instrumento jurídicamente vinculante eficaz y equilibrado sobre las normas internacionales comunes más elevadas posibles para la transferencia de armas convencionales.
Señor Presidente,
Para concluir permítame asegurarle que puede usted contar con la plena colaboración de mi delegación en la promoción de un diálogo abierto que permita forjar los entendimientos necesarios para que esta sesión de la Primera Comisión alcance sus frutos.
Muchas gracias.
Misión Permanente Argentina ante las Naciones Unidas