Intervención del Representante Permanente de la República Argentina, Embajador Martín García Moritán.
26 de enero
Muchas gracias señor Presidente,
Agradecemos la organización de esta reunión, así como la presentación informativa de la Secretario General Adjunto Rosemary DiCarlo.
La Argentina, junto con gran parte de la comunidad internacional, desconoció la legitimidad del mandato de Nicolás Maduro iniciado el 10 de enero, por resultar del proceso electoral del 20 de mayo de 2018 que no cumplió los requisitos para ser considerado libre, democrático y transparente.
El 10 de enero, Argentina anunció medidas concretas contra el régimen de Maduro, que incluyen prohibición de ingreso de altos funcionarios del régimen, suspensión de la aplicación del acuerdo de exención de visados en pasaportes diplomáticos y oficiales, alertas a entidades bancarias y financieras sobre los riesgos de operar con el Gobierno venezolano o con empresas que son propiedad o se encuentran bajo el control del Estado venezolano, entre otras.
Como es de público conocimiento, Juan Guaidó, Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, asumió funciones como Presidente Encargado de conformidad con la Constitución venezolana, en el marco de las masivas manifestaciones del pueblo venezolano del 23 de enero, cuyo clamor en pos de democracia y libertad ha sido nítido y contundente.
El Gobierno de la República Argentina reconoció a Juan Guaidó como Presidente Encargado de Venezuela, al igual que numerosos otros Estados.
El 24 de enero, a instancias de la Argentina y otros países, el Consejo Permanente de la OEA se reunió en sesión extraordinaria para considerar los recientes acontecimientos en Venezuela. Producto de dichas deliberaciones, 16 países suscribieron una declaración en la que se ratifica la autoridad constitucional de la Asamblea Nacional y se reconoce a Juan Guaidó como Presidente Encargado de Venezuela.
En estos días, varios actores internacionales han vuelto a proponer iniciativas de diálogo para superar esta crisis. La Argentina siempre apuesta al diálogo, pero para ser conducente, el diálogo requiere la buena fe de las partes involucradas. En tal sentido, la Argentina se permite recordar que el proceso de Diálogo de Santo Domingo fracasó debido a la falta de real disposición para dialogar por parte de Maduro. Por lo anterior, la Argentina advierte acerca del riesgo de que iniciativas de diálogo propiciadas de buena fe por diversos actores internacionales puedan ser manipuladas por el régimen de Maduro, transformándolas en maniobras dilatorias.
La Argentina considera que las Naciones Unidas y sus Estados Miembros deben brindar su apoyo para facilitar una transición pacífica tendiente a la celebración de elecciones libres, democráticas y transparentes, a la mayor brevedad posible. Ése es el único camino para encauzar la grave crisis política, económica y humanitaria que azota a Venezuela desde hace ya demasiado tiempo.
El Grupo de Lima, del que la Argentina forma parte, ya en octubre de 2017 solicitó al Secretario General y al Sistema de Naciones Unidas que contribuyan a atender esta crisis y las continuas violaciones a los derechos humanos en Venezuela.
En efecto, esta crisis tiene alcance regional y global: según la ACNUR y la OIM, tres millones de migrantes y refugiados venezolanos se han visto obligados a abandonar su país a causa de una crisis política, económica y humanitaria que afecta gravemente sus derechos humanos, de los cuales 2.4 millones se encuentran en América Latina y el Caribe.
Por otra parte, la Argentina condena enérgicamente una vez más las acciones represivas del régimen de Maduro contra el pueblo venezolano. La República Argentina continuará denunciando las violaciones de derechos humanos perpetradas por dicho régimen tal como se ha venido haciendo desde la asunción del Gobierno por parte del Presidente Mauricio Macri. Consecuente con esta posición, el Gobierno argentino solicitó a la Fiscalía General de la Corte Penal Internacional, junto a otros países, el inicio de una investigación sobre la presunta comisión de crímenes de lesa humanidad en ese país y promovió la suspensión de Venezuela en el MERCOSUR en virtud del Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrático.
Para concluir, la Argentina considera que este Consejo de Seguridad debe reafirmar su rol en la defensa de la paz y la seguridad internacionales. La propia relevancia y eficacia de las Naciones Unidas están siendo evaluadas por nuestros pueblos y por la comunidad internacional a la luz de su capacidad de actuar frente a esta crisis compleja sin precedentes en América. El Consejo de Seguridad no puede permanecer indiferente frente a esta dramática situación, que para la Argentina constituye una amenaza para la paz y la seguridad internacionales por sus dramáticas repercusiones, particularmente para el pueblo venezolano y la región.
Muchas gracias, señor Presidente.