Intervención del Representante Permanente de la República Argentina, Embajador Martín García Moritán
24 de julio
Muchas gracias señor Presidente,
Señor Presidente de la Asamblea General, Miroslav Lajcak, excelencias, distinguidos delegados,
Es un honor para mí pronunciar estas palabras en memoria de Dante Mario Antonio Caputo, Canciller argentino desde la recuperación democrática en 1983 y hasta 1989 y Presidente del 43° período de sesiones de esta Asamblea General, entre otras altas funciones que desempeñara en la arena internacional a lo largo de su destacada e impecable carrera.
Recordar a Dante Caputo en este recinto es recordarlo con mucha emoción y orgullo. Encarnó ante el mundo la recuperación de la democracia y el compromiso en la lucha por los derechos humanos en la Argentina, y durante su gestión perfiló algunos de los lineamientos de política exterior que hoy continúan marcando el rumbo del accionar de nuestro país en el mundo. Su compromiso con los derechos humanos, con la libertad y con la defensa de las instituciones fue ejemplar e inspiró a generaciones de diplomáticos y políticos argentinos.
Como dijera en su intervención en el Debate General de esta Asamblea, en su 41° período de sesiones, y cito: “los argentinos creemos en la posibilidad y la necesidad de la paz basada en la verdad, en la justicia y en la libertad para todos, sin exclusiones. Nuestro planteo es esencialmente político.(…) Creemos en la paz como auténtica fórmula de convivencia, en la igualdad como presupuesto de la acción en pos del bien común, en el desarrollo como condición para que las energías de hombres y mujeres sirvan a la construcción de una nueva sociedad. No tenemos otras armas que las de nuestra razón. (…) Preferimos un mundo en el que, a partir del respeto por la diversidad, los pueblos puedan convivir en paz y en libertad, y no en el sometimiento o la opresión”.
Asimismo, Dante Caputo fue un firme defensor y promotor del diálogo y el entendimiento entre las personas, así como de la integración. Ha sido definido como un arquitecto de consensos y compromisos, con un irrefrenable afán de unir lo que otros separaban y de integrar a aquellos que pensaban distinto.
Su trabajo y liderazgo fue fundamental para concluir el Tratado de Paz y Amistad entre Chile y la Argentina, y sus esfuerzos en pos de la integración entre la Argentina, Uruguay y Brasil sentaron las bases para la creación del Mercado Común del Sur (MERCOSUR).
Como fiel exponente de la región, Dante Caputo encarnó el compromiso de América Latina y el Caribe con la paz y la democracia y en ese sentido participó en el Grupo de Apoyo a Contadora, a fin de promover la paz en América Central. A su vez, fue uno de los promotores del Grupo Cartagena con el objetivo de llevar adelante una acción de los países deudores frente a los acreedores de la deuda externa.
Como Presidente de la Asamblea General, Caputo tuvo la responsabilidad de presidir a este augusto foro en épocas en las que empezó a generarse en el mundo una transición hacia un período de profundos cambios en el orden internacional y en las relaciones de poder entre los Estados. Sirvió durante el mandato del excelentísimo Javier Pérez de Cuéllar como Secretario General, y ambos encarnaron los valores y el profesionalismo latinoamericano al frente de la Organización. Durante el mandato de Caputo como Presidente, esta asamblea pudo avanzar en cuestiones relacionadas con el mantenimiento de paz y la seguridad internacionales, la defensa y promoción de los derechos humanos y libertades fundamentales y el desarrollo económico con igualdad.
Luego de culminar su mandato como Presidente de la Asamblea General y Canciller de la República Argentina, Dante Caputo continuó trabajando activamente en la arena internacional en pos de la paz, la democracia y los derechos humanos, como Enviado Especial del Secretario General para Haití, entre 1992 y 1994, y subsecuentemente como Representante Especial del Secretario General para Haití y Jefe de la Misión de las Naciones Unidas en ese país (UNMIH), entre 1993 y 1994. Asimismo, fue designado también como Enviado Especial de la Organización de Estados Americanos para Haití en 1993. En ese marco, contribuyó a la conclusión del Acuerdo de la Isla de los Gobernadores que posibilitó la transición democrática y el inicio de la reconciliación nacional en Haití.
Para concluir, señor Presidente, quisiera expresar las más sinceras condolencias del pueblo y el Gobierno Argentino a la familia de Dante Caputo, quien sin lugar a dudas ha dejado una huella imborrable en la memoria y el futuro de nuestro país, nuestra región y el mundo entero. Estaremos eternamente agradecidos por haber tenido el honor de contar con tan excelso exponente de los valores que nos unen como comunidad internacional.
Finalmente, perítame también pronunciar unas breves palabras en memoria de Theo-Ben Gurirab, quien fuera Presidente del 54° período de sesiones de la Asamblea General representando a su país, Namibia, y se destacara por haber sentado las bases para la elaboración de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y por haber promovido la interacción entre las Naciones Unidas y los parlamentos de todo el mundo.
Expresamos nuestras más sinceras condolencias al gobierno y al pueblo de Namibia, así como a todo el continente africano, por la pérdida de uno de los padres fundadores de esa nación y un verdadero líder.
Muchas gracias.